216 clínicas para adictos, en fase de regularización
Víctor Luna perdió la vida sin saber que sería padre. Él fue una de las 10 personas que falleció en el incendio reportado en una casa que funcionaba como clínica de rehabilitación de adictos.
El joven, de 22 años, llevaba un mes internado en el establecimiento, ubicado en la cooperativa Proletarios con Tierra, en el Guasmo, en el sur de Guayaquil.
La tragedia ocurrió el sábado 12 de octubre, pero el cuerpo de Víctor fue identificado este martes.
Su esposa, Sujeidy Guerrero, tiene cinco meses de gestación y no le había contado del embarazo porque esperaba un momento especial. “Quería que nuestra familia empezara lejos del consumo de las drogas”.
El inmueble quemado permanece con sellos de clausura del Benemérito Cuerpo de Bomberos, de Guayaquil, y de la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess).
Personal de la entidad informó -vía correo electrónico- que no hay registros de que el establecimiento haya iniciado un trámite para regularizarse, por lo tanto, no cuenta con permiso de funcionamiento.
De acuerdo con cifras de la Acess, en Ecuador hay 41 Centros Especializados en el Tratamiento a Personas con Consumo Problemático de Alcohol y otras Drogas (Cetad) licenciados (ver recuadro).
Además, 216 instalaciones se encuentran en el proceso inicial de regularización que corresponde a la Aprobación de Reglamento interno y programa terapéutico.
La agencia proporciona el asesoramiento para que los establecimientos cumplan con los estándares que permitan atención de calidad.
A nivel nacional, 113 operativos se han ejecutado y 48 centros clandestinos fueron cerrados.
Pedro Pablo Duart, gobernador de Guayas, expresó que en una reunión con la ministra de Salud, Catalina Andramuño, estimaba que hay alrededor de 100 clínicas clandestinas en Guayas.
“He dispuesto al intendente José Dumani que realice operativos para que las localice (clínicas), ya sea para clausurarlas o ayudar a que se regularicen”.
En cuanto al último caso, manifestó que se busca a la propietaria de la clínica. “Esta señora es reincidente. El pasado abril se le clausuró otra clínica”.
Por este caso hay dos personas con prisión preventiva. Los propietarios huyeron y, la noche del martes, una vivienda de ellos -ubicada cerca de la clínica- fue incendiada.
Lilian perdió a su hijo Ángel, de 37 años, en el incendio de la clínica en el Guasmo. Ella recordó que hace dos meses él le pidió ayuda, le dijo que quería recuperarse y reparar el daño causado a su esposa e hija menor de edad.
Pensó que lo mejor era tenerlo cerca y lo ingresó en el establecimiento, situado a dos cuadras de su vivienda. Pagaba $ 200 mensuales y le llevaba comida a diario.
Ricardo Loor Solórzano, estudioso del fenómeno de las drogas, indicó que en el campo de atención integral se deben considerar tres aspectos fundamentales: la estructura física, el personal técnico de apoyo y los programas y servicios.
No es la primera vez que chicos, como Víctor o Ángel, pierden la vida en clínicas clandestinas. El 11 de enero de 2019 murieron 18 personas en un incendio ocurrido en una casa, ubicada en las calles 26 y la I, en el suburbio de Guayaquil. (I)