Steven, de 16 años, continúa internado en el hospital de Niños Francisco de Ycaza Bustamante, en el sur de Guayaquil. En enero el adolescente fue ingresado por una supuesta sobredosis de droga y hasta inicios de febrero estaba en coma. Su estado actual es desconocido, pues sus familiares prefieren que se mantenga la reserva.

Verónica, la progenitora, la semana pasada pidió comprensión por no querer dar información. Personal del Ministerio de Salud Pública (MSP) tampoco dio detalles por pedido de los parientes del menor.

Javier Paspuel, director del Observatorio Nacional de Drogas (OND) del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep), informó que según la Cuarta Encuesta Nacional sobre el consumo de droga y otras sustancias 18,3% (unos 5.762) de los estudiantes, de los 32.010 entrevistados, consigue estupefacientes por un amigo que no necesariamente es un compañero de aula.

Así también, el 18% (5.761) indicó que se las entrega un proveedor que conocen; el 16,1% (5.154) manifestó que la obtienen en la calle o en alrededores del colegio; el 9,1% (2.880) en fiestas o lugares de diversión y el 7,4% (2.240) en colegio.

Steven estaba por graduarse de bachiller y quería ser abogado. Al parecer empezó a consumir la conocida ‘H’ en julio de 2014 cuando un supuesto amigo se la ofreció y le dijo que consumiendo “se sentía libre y que no le pasaba nada”.

Paspuel indicó que de acuerdo con los resultados de la investigación cualitativa sobre consumo y percepción de la heroína en Guayaquil, realizada en diciembre de 2014, por el Consep, durante los últimos dos años la ‘H’ se ha vuelto popular debido a su oferta y bajo costo. La droga es vendida a menores en los alrededores de las instituciones educativas, ello ha provocado un brote focalizado de consumo.

De acuerdo con la percepción de estudiantes, padres de familia y docentes, la heroína es esnifada (aspiración por la nariz de la cocaína), de color café o pimienta y las dosis tienen un valor de 0,25 ctvs. a  $ 10, dependiendo de la cantidad que sea vendida. Por lo general, la primera dosis es gratuita. Sus efectos son somnolencia, náuseas, vómitos, mareos, dolores de cabeza, dolores de huesos, entre los más conocidos.

“Los papitos deben tener más cuidado con sus hijos”, dijo Verónica pocos días después de que su hijo fuera internado en la mencionada casa de salud.

‘Jorge’, estudiante de primero de bachillerato de un colegio del centro de Guayaquil, contó que esta droga es la más ofrecida dentro y fuera de las instalaciones. Él no la ha consumido porque ha visto a sus compañeros destruirse la vida.

En la Cuarta Encuesta fueron entrevistados 32.010 estudiantes que representan a 514.962 alumnos de la zona urbana de las ciudades que tienen más de 25.000 habitantes y las ciudades capitales de provincia que no cumplen con esta cuota poblacional.

En el estudio, realizado en el 2012, consta que la edad promedio del primer uso de droga (sin contar las ocasiones que le dieron a probar de niño) es de 14,2 años. Con esto se registra un retraso en la edad de inicio de este segmento de población en comparación con estudios anteriores (2005 y 2008), donde se registró una edad de inicio de 13,8 años.

Además, indica que los adolescentes consumen alcohol con una prevalencia de año de 18,5%, cigarrillo con 9,0%, marihuana con 2,9%, inhalantes con 1,7% y cocaína con 1,0%, en ese orden.

El estudio también revela que (sin incluir alcohol) el 58,4% de encuestados gasta menos de $ 5 para el consumo y el 19,8% entre $ 5 y $ 10.

Los lugares en donde los chicos consumen drogas, incluido el alcohol, son en fiestas o locales de diversión (25,9%), en la calle o parques (17,2%), en su casa o la de algún familiar (11,4), y en conciertos (8,6%). De acuerdo con los resultados, la información que obtiene acerca de las drogas proviene de la televisión (45%), de sus amigos (43,5%), del internet (42,5%), de sus familiares (41,5%) y de sus profesores (38,7%).

Edmundo Moncayo, director nacional de Antinarcóticos, informó que los microtraficantes encontraron un nicho para envenenar a la juventud y, sobre todo, buscan a quienes son referentes en los colegios para así ir convenciendo a los demás alumnos. “También, pueden aprovecharse de los seres más sanos. Pedimos a las familias ecuatorianas que se preocupen y ayuden en el control de sus hijos. Nosotros no vamos a escatimar esfuerzos para combatir el microtráfico en el país”.