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El hecho se enmarca en el nuevo delito (feminicidio) que consta en el coip, pero se lo juzgará con el código vigente 

Yadira soportó 7 años de abuso físico y sicológico

Yadira soportó 7 años de abuso físico y sicológico
22 de mayo de 2014 - 00:00 - Redacción Justicia

Yadira V. era una adolescente cuando conoció a Johnny E. en los exteriores de un colegio nocturno, ubicado en el norte de Quito, donde estudiaba hace 12 años. En ese momento no podía imaginar que aquel joven, que tenía detalles románticos, se convertiría más tarde en su constante agresor.

Con las visitas constantes al plantel, Johnny y Yadira se hicieron enamorados y después vivieron juntos, por cerca de una década, en un inmueble alquilado en el sector Corazón de Jesús, Carcelén Bajo, en el norte de la capital.

La familia de Yadira aceptó la relación por el buen comportamiento de Johnny. Pero se tornó violento cuando nació su primera hija, hace 7 años, y comenzó a beber con amigos. A pesar de ese precedente, la pareja procreó 3 vástagos más: 2 niñas de 5 y 1 año y medio, respectivamente, y el último varón, de 9 meses.  

Johnny, de 26 años, laboraba en una fábrica como distribuidor de gaseosas y, a pesar de tener trabajo, no era muy responsable en la manutención económica de su familia, según allegados.

Esa falta de compromiso, sumado al constante maltrato físico, determinó que Yadira V., de 25 años, finalizara la relación, a pesar de que en múltiples ocasiones Johnny le había prometido que “iba a cambiar”.  

Yadira y Johnny se separaron hace unos 4 meses, por lo que su madre, María Espinoza, le repetía constantemente: “Ya no vuelvas con él porque ese hombre te va a hacer algo”.    

El temor de que ocurriera una desgracia aumentaba cada día, por eso María Espinoza enviaba a su hijo Wilson V. para que estuviera pendiente de su hermana en Carcelén, pues ya era costumbre que cuando se separaban, inesperadamente, llegaba Johnny alcoholizado y la volvía a golpear.

La última vez que la golpeó le rompió la nariz y, por eso, la acompañé a la Comisaría de la Mujer, reveló Jenny V., hermana mayor de la víctima.

La familia de Yadira habita en la parroquia Zámbiza, ubicada en el noreste de la capital, y cada semana la visitaba después de que se separó de su conviviente.  

En una de esas visitas Yadira conoció a Darwin E., con quien inició una nueva relación. “Me llevo bien con él, nos vamos a vivir al sur”, es el comentario que le hizo Yadira a su hermano antes del crimen.

Para Wilson, la relación de su hermana con Darwin era diferente. Pero, ella no pudo cumplir su deseo de vivir con él y sus 4 hijos, y así apartarse definitivamente del violento Johnny, porque la madrugada del último domingo, ella y sus 2 hijas, de 7 y 5 años, fueron degolladas al igual que su amiga Susana R., de 35 años, quien estaba de visita esa noche.

Esa noche la niña de un año y medio se encontraba con la familia de Johnny, quien también se llevó a su hijo de 9 meses con sus parientes después del crimen. Ambos menores siguen con la familia del presunto agresor.

Según las investigaciones de la Policía, la madre de Yadira recibió una llamada de un hombre, quien la alertó del asesinato de su hija.

Las cámaras de televisión y medios escritos insistieron el martes último a los familiares de Yadira, que se tornaron violentos y evitaron que sus parientes den más detalles sobre el hecho, que se enmarca en otro caso de feminicidio en el país.  

Johnny y Darwin están detenidos por el presunto  homicidio. Las autoridades investigan las llamadas hechas y recibidas por los celulares de ambos. El fiscal tiene 30 días para efectuar las investigaciones del caso y armar la instrucción.

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