Los equipos de Inteligencia han seguido la pista de ‘Guacho’ por Pichincha y Esmeraldas. En diciembre de 2017, un mes después del ataque a una patrulla, lograron interceptar una conversación telefónica donde ordenaba a su sicario ‘Guadaña’ que asesinara a una persona en San Lorenzo. El asesinato debía ejecutarse el 1 de diciembre.

‘Guacho’ identificaba a la víctima como “el colorado patilludo” y le decía que por ese crimen recibiría $ 4.000. El sicario ‘Guadaña’ le contestó que era un precio bajo, que por un asesinato anterior le habían pagado más dinero, pero le dio su palabra de que lo haría.

El 1 de diciembre, ‘Guacho’ llamó nuevamente a su ‘gatillero’ para alertarle que un cuñado de la víctima fue asesinado y que esa era su oportunidad. “Trate, trate de buscar rápido esa foto man, métase al cementerio…”, le ordenaba.

Pero el homicidio fue evitado. Equipos policiales de San Lorenzo fueron a ese sepelio y frenaron la acción de los sicarios.

El rastro de violencia de ‘Guacho’ siguió hasta Imbabura. En enero de este año, la alarma saltó en esa provincia, donde agentes de Inteligencia detectaron la operación de ‘Guacho’ y ellos pedían la autorización para seguir con el rastreo de su banda a la que empezaron a llamar ‘Los del Guacho’, que 27 días después colocaron un coche bomba en el destacamento policial de San Lorenzo, empezando así la cadena de atentados.  

Si bien ‘Guacho’ tiene su base en Colombia, en el límite fronterizo con Esmeraldas, no era raro que cruzara a territorio nacional.

En Mataje, el poblado que hoy está desolado por la violencia generada en la zona, frecuentaba una casa de dos pisos de color amarillo y franjas tomates. También iba a la parroquia de Ricaurte a una casa de construcción mixta (madera con cemento), y visitaba otras casas en San Lorenzo, donde operaban sus manos derechas, quienes también están prófugos.

Uno de ellos era John Jairo C. también llamado ‘Sombra’ o ‘JJ’. Él operaba en San Lorenzo y de acuerdo con las indagaciones policiales días antes del ataque al cuartel policial se comunicaba con otros de los hombres fuertes de esta trama delincuencial llamado José P., más conocido como ‘La tuka’ o ‘Chuqui’.

En las conversaciones también apareció nuevamente ‘Guadaña’ o Tomás S.  

La investigación a sus llamadas determinó que los tres mantuvieron contactos con otras cuatro personas que hoy están detenidas en el pabellón de máxima seguridad del Centro de Rehabilitación de Latacunga.

Todos estos contactos sirvieron, de acuerdo con la versión oficial, para “planificar, coordinar o ejecutar las actividades ilícitas de gran impacto social”.  

‘Guacho’ en los mensajes que envió a los oficiales de Inteligencia evidencia que su deseo es causar zozobra en la ciudadanía. Implantar un ambiente en donde él se siente bien, el de la violencia.

El ministro del Interior, César Navas, recalcó que Ecuador no dará marcha atrás ante las amenazas. “Aquí no se trata de ceder ante ninguna presión”.

Hay ocho detenidos por supuestamente ser parte de esta red delictiva, mientras tanto el rastreo a la banda continúa. (I)