Luego de la apoteósica marcha convocada por el Gobierno Central el sábado 15 de los presentes, en el centro de la ciudad de Guayaquil, en que los asistentes a dicho acto recordaron la barbarie ejercida en contra de los trabajadores en el año 1922, el ejecutivo hizo entrega pública y formal del proyecto de reformas al código de trabajo y a la seguridad social.

En este pliego de reformas laborales y a la seguridad social, destaca su complementariedad con la Constitución de la República; según lo revisado, las reformas propuestas van orientadas al fortalecimiento normativo de los derechos y garantías establecidas en la carta magna, en beneficio de todos los ciudadanos del país.

Uno de los puntos que mayores comentarios ha despertado es el denominado “despido nulo”. Para muchos será una figura nueva, sin embargo, internacionalmente esta figura ha gozado de vigencia desde hace varias décadas, tal como en el caso de la legislación española.

En este aspecto es necesario señalar que la nulidad del despido solo puede ser declarada por la autoridad competente, siendo su efecto principal la restitución del trabajador al cargo o puesto del que se presume haya sido despedido, esto en defensa de la estabilidad del trabajo para la parte que se entiende como desprotegida dentro de una relación laboral.

Casos como los despidos intempestivos incurridos sobre los derechos de mujeres embarazadas o dirigentes sindicales han ocurrido de forma reiterada en nuestro medio, siendo el espíritu del proyecto, el de garantizar una mayor estabilidad para el trabajador sin necesidad de eximirlo del cumplimiento de sus roles u obligaciones.

Se trata de la aplicación de los principios y derechos de igualdad y de cero tolerancia a la discriminación determinados en el numeral 2 del artículo 11 de la Constitución de la República, que en este caso trasladado al correspondiente cuerpo de leyes, ejerce presencia directa para un cabal respeto de los derechos de los trabajadores.

Este proyecto de reformas al Código de Trabajo busca cambiar la realidad de las relaciones laborales, que históricamente han venido desarrollándose bajo un mismo patrón y esquema desde hace más de 70 años, presentando cambios fundamentales que permitirán al trabajador exigir el cumplimiento de sus derechos y la estabilidad de los mismos, a nosotros los profesionales seguir contando en este sistema de actualización, con normas que vayan acorde a la realidad de la sociedad y consecuentemente de las demandas que día a día presentan nuestros clientes, para que en el ejercicio de la profesión más noble, hagamos brillar la justicia y el derecho sobre todas las circunstancias.  En siguientes entregas, analizaremos las demás propuestas.

¡Juntos lo hicimos posible.

Juntos somos invencibles!