Se socializa programa para atender a 456 víctimas de violaciones a DDHH
La Dirección de Reparación y Prosecución de Acciones Judiciales, la unidad que se encargará de gestionar el programa de reparación de las víctimas de violaciones de los Derechos Humanos documentadas por la Comisión de la Verdad (1984-2008), comenzaría a funcionar desde enero del próximo año.
Lo anunció Yolanda Galarza, responsable del programa de Reparación de Víctimas, durante el taller de socialización efectuado hoy en la Defensoría del Pueblo de Quito.
La dirección se encargará de las líneas de rehabilitación, asesoramiento y patrocinio legal para la judicialización de casos; educación en derechos humanos; implementación de medidas simbólicas y de satisfacción; y la custodia de la memoria documental de las violaciones de Derechos.
La creación del programa consta en la Ley de Víctimas, aprobada en diciembre del 2013, y determina que las reparaciones serán de forma integral.
Galarza manifestó que se buscará la atención de las 456 víctimas que constan en el informe de la Comisión de la Verdad. La reparación inmaterial dependerá de la Defensoría del Pueblo, y la material del Ministerio de Justicia.
Ambas incluirán la rehabilitación física, la atención psicosocial, así como indemnizaciones por daños que se produjeron por las violaciones a los Derechos Humanos.
Andrés Aguirre, asesor legal de la Defensoría del Pueblo, anunció las directrices que regulará el procedimiento administrativo del programa, y que se prevé contactar al 50 % de las víctimas como mínimo a finales de año. Para lo cual, se está recorriendo diversas ciudades del país como Loja y Guayaquil, entre otras.
Un grupo de víctimas y sus familiares fueron invitados al taller, quienes expresaron su expectativa sobre el plan.
Una de ellas, Patricia Rosero, recordó que su padre Luis Rosero, se desempeñaba como empleado público cuando fue golpeado violentamente luego de un evento por miembros de la policía en el período del expresidente de la República León Febres Cordero (1984-1988). “Mi padre falleció un mes después por las heridas, yo tenía 17 años, y mi madre Victoria quedó viuda con cinco hijos más, esperamos justicia”.