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El Telégrafo
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En Ecuador, el grupo que más utiliza el Facebook tiene entre 16 y 25 años

Proxenetas usan la red social para atraer chicas

Proxenetas usan la red social para atraer chicas
25 de abril de 2014 - 00:00 - Redacción Justicia

Solange, nombre protegido, tiene 24 años y en 2008 se unió a la red social Facebook. Hace 2 meses un escrito que le llegó a la bandeja de mensajes internos la obligó a configurar la privacidad de su cuenta y a eliminar algunos amigos que no conocía.

El personal de una agencia de chicas le propuso que asistiera a citas de una hora y media de duración por las que le pagarían desde $ 1.000 hasta $ 2.000.

“Este trabajo lo puede realizar en ratos libres, hasta cuando usted lo desee, no tendrá ningún compromiso obligatorio con nosotros, todo dependerá de su tiempo... Nuestra cartera de clientes nacionales y extranjeros la comprende gente de muy alto nivel, ejecutivos, empresarios, etc. Inclusive antes de su cita podríamos proveerle información, fotografías del cliente para su mayor seguridad, y si desea podría trabajar solo con clientes extranjeros nada más”, consta en el mensaje.

En el mismo le explicaron que podía elegir entre 3 tipos de encuentros, en los que el pago depende del servicio que brinde.

1) Por acompañar y conversar con el cliente, más un baile erótico en ropa interior: $ 1.000.
2) Acompañar al cliente y practicarle sexo oral: $ 1.500
3) Compañía y sexo: $ 2.000.

Asimismo, detalla que la protección con método anticonceptivo es obligatoria. “Para su mayor seguridad no enviamos fotos de las chicas ni tampoco las subimos a ninguna web. Nos manejamos siempre por descripciones físicas... Podríamos organizarle de una a 2 citas a la semana o más, todo dependería de su tiempo. Si desea encuentros solo con clientes extranjeros no habría ningún inconveniente”, señala el escrito.

Las reuniones son directamente en la habitación del hotel, donde el cliente se hospeda (en Guayaquil).

En el mensaje no proporcionan ningún correo electrónico, teléfono, dirección u otro dato que permita contactarse con los ofertantes, más bien ellos solicitan un número de contacto para confirmar si quien recibe el mensaje al Facebook está o no interesada.

La funcionaria encargada de la Fiscalía Quinta de Delitos Sexuales de Guayas, que reservó su identidad, indicó que las personas que se dedican a esta actividad incurren en delito de proxenetismo.

El Código Penal vigente, en el capítulo III, “De los delitos de proxenetismo y corrupción de menores”, establece que: “El que promoviere o facilitare la prostitución de otra persona será sancionado con pena de prisión de uno a tres años, salvo que tuviere a su cargo una casa de tolerancia, establecida conforme a los reglamentos que la autoridad competente expidiere para esta clase de establecimientos”.

La fiscal recordó que la prostitución no es delito, siempre y cuando se cumpla lo que dice la ley, no clandestinamente. En esos casos sí se hablaría de proxenetismo.

Manifestó que un mensaje a través de las redes sociales puede llegar a cualquier persona y en caso de que se descubriera que la agencia trabaja con menores, la sanción oscilaría entre 6 y 9 años.  

En Ecuador, el grupo etario con mayor uso de internet es la población que se encuentra entre 16 y 24 años, con el 64,9%, seguido de los de 25 a 34 años con el 46,2%; según los datos de la encuesta de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

La fiscal de Delitos Sexuales manifestó que hace pocas semanas se sentenció a un año de privación de libertad a un individuo que aparentando tener una agencia de modelos de lencería prostituía a jóvenes y también a menores. La sentencia no pudo ser mayor, pues las víctimas menores, de las que se conoció durante la investigación, no fueron localizadas.

“Las contactaba por medio de Facebook y también personalmente afuera de centros de diversión nocturna. Cuando las chicas salían, les daban tarjetas para trabajar supuestamente como modelos”, dijo. Como evidencia se hallaron mensajes en su celular que decían: “Oye, hermano, tenemos una colombiana. ¿Cuál es el valor?”. Luego organizaban las citas en un hotel del norte de Guayaquil.

Para la servidora pública no se registran muchos de estos casos, no porque no sucedan, sino porque  las víctimas no denuncian. “A las menores les da miedo; a sus padres, vergüenza, o algunos no están enterados”.

Concluyó recomendando a las adolescentes y jóvenes que configuren la privacidad de sus redes sociales para evitar que personas desconocidas accedan a su información o vean sus fotografías.Aconsejó que no se publiquen imágenes en las que exhiban sus cuerpos, pues esto atrae a los proxenetas.

El sociólogo Andrés Martínez Arrata aseveró que “los menores son más vulnerables porque buscan experiencias nuevas y no tienen un criterio bien formado. Además, los delincuentes los enganchan ofreciendo elevadas cantidades de dinero”.

Para el especialista, esto es parte de la era digital y no es factible decir a los muchachos que no usen el internet, sino conversar con ellos, explicarles los peligros, inculcarles valores y controlarlos. “Los padres están obligados a aprender a manejar las redes, pues los hijos los pueden engañar con un solo movimiento o pueden evadir las seguridades de páginas bloqueadas”, explicó el profesional.

A Martínez le preocupa que este tipo de ofertas pueda derivar en otros delitos como secuestro, trata de personas y hasta la muerte.

El mayor Wilson Reyes, jefe de la Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), declaró que en lo que va el año no se han reportado casos de este tipo.

El oficial instó a los menores a que si reciben estos mensajes lo comuniquen a sus padres, para que ellos posteriormente asienten la denuncia en la Fiscalía del Guayas (junto a La Merced o en el Cuartel Modelo) o en las instalaciones de la Dinapen, en Boyacá y Hurtado, en el centro de Guayaquil.

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