La Policía Nacional entregó ayer, a sus familiares, al hacendado Gustavo Ernesto Villarreal Argoti, de 58 años, quien el pasado 14 de septiembre fue secuestrado en el sector La Joya, a 7 kilómetros de Tulcán (Carchi), en la vía a Tufiño, frontera con Colombia.

A su hacienda, a las 11:30 de aquel día, llegaron sujetos con acento colombiano, armados con subametralladoras, y bajo amenazas de muerte se lo llevaron hacia la selva colombiana, contaron sus allegados.

Tres días después del plagio, los captores se comunicaron con la familia, exigiendo un rescate de $ 280 mil. Como no tenían esa suma, denunciaron el hecho a la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) de la Policía, que empezó a rastrear las llamadas y determinó que las mismas procedían de Colombia.

Ante tal situación, policías ecuatorianos solicitaron el apoyo del Grupo Antisecuestros y Antiextorsión de Colombia (Guala). El fin de semana ubicaron el sitio exacto en el que se encontraba Villarreal, por lo que se armó un operativo conjunto.

A las 14:00 del sábado, tras 18 horas de caminata, lo hallaron en el sector Mundo Nuevo, a 15 kilómetros del Cerro Cumbal, en la costa colombiana. Lo traslaron primero a Tulcán y luego a Quito, en donde fue presentado ayer por el ministro del Interior, José Serrano, y el comandante general de la Policía, Rodrigo Suárez.

Además, agentes policiales hallaron información en la que consta que la banda delictiva planeaba plagiar a dos personas en Ecuador. Esta no es la primera vez que la familia Villarreal es víctima de la delincuencia en Carchi.

El 15 de junio de 2001 fueron secuestrados el padre (Juan) y uno de sus hijos (Edwin), en la hacienda La Alegría. Juan fue liberado ocho días después, mientras que Edwin al cabo de tres meses.