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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Nabila perdió los ojos en una relación violenta

Nabila está totalmente ciega y usa prótesis oculares. Durante el juicio ocultó sus ojos tras una gafas oscuras.
Nabila está totalmente ciega y usa prótesis oculares. Durante el juicio ocultó sus ojos tras una gafas oscuras.
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Nabila Rifo, ahora de 29 años, sufrió un brutal ataque en mayo de 2016: su pareja y padre de dos de sus cuatro hijos, Mauricio Ortega, la agredió en plena calle, por la noche, y le arrancó los ojos. Después de 23 jornadas de juicio, que los ciudadanos siguieron con expectación, el tribunal de la sureña ciudad de Coyhaique, Chile, lo declaró culpable de femicidio frustrado y lesiones gravísimas.

La sentencia suma 26 años, cinco meses y 20 días de privación de libertad por: 12 años y 180 días de cárcel por el femicidio frustrado, más otros 12 años y 180 días por las lesiones graves gravísimas. Además, de los 540 días de reclusión menor en grado mínimo por su responsabilidad en calidad de autor de violación violenta de morada, perpetrada casi un año antes, el 5 de junio de 2015, cuando el acusado irrumpió a hachazos en la casa de la víctima.

Totalmente ciega y con prótesis oculares, Nabila declaró durante el juicio que era habitual que su pareja la agrediera física y psicológicamente: “Se molestaba por cualquier cosa, por la comida, porque yo la hacía mal. Me decía que yo era una maraca, una puta”. En alguna ocasión, indicó la mujer, Ortega la arrastró del pelo por las escaleras hacia abajo.

“Me hice la muerta”

La madrugada del 14 de mayo, sin embargo, la violencia llegó a niveles inéditos. La pareja cenaba en su vivienda en compañía de amigos y esa noche todos tomaron alcohol. Nabila y su pareja, que trabajaba arreglando coches, comenzaron a discutir por dinero y porque la mujer insultó a uno de los invitados.

De acuerdo con el relato de Rifo, “él empezó a golpear la lavadora, la puerta”, aunque en la vivienda estaban los cuatro hijos de la víctima. El hombre la insultó, le dio un palmetazo y un golpe de puño y ella, aprovechando que su agresor estaba borracho, salió a la calle en dirección a la casa de su madre.

“Lo esperé un poco porque me dijo: ‘No peleemos’. Le dije: ‘Mauro, te juro que mañana yo me voy, ya no vivo más contigo”. La mujer se dio vuelta para seguir su camino, pero Ortega la golpeó en la cabeza con una roca. Fueron, en total, tres golpes fuertes. “Me hice la muerta para que no me siguiera pegando”, indicó Nabila ante los jueces.

En el juicio, donde declararon 50 testigos y 12 forenses, la mujer relató la forma en que supo en el hospital que había quedado ciega. “Cuando desperté no me dijeron mucho. Los ojos los tenía vendados. Un día le dije a la señora (la enfermera) que por qué no prendía la luz. Me dijo que había tenido un accidente. Y yo le dije: ‘¿Y voy a volver a ver?’. Y me dijo: ‘No, pero te vamos a poner prótesis’. ‘¿Y con prótesis volveré a ver?’, le pregunté. Y me dijo que no... Para mí era un infierno lo que estaba pasando”. Fueron 48 días en cuidados intensivos de la Posta Central.

Según consta en el parte de carabineros, en la madrugada de ese sábado vecinos de esa ciudad alertaron a las autoridades de que un hombre junto con otra persona habían propinado un brutal ataque a una mujer y posteriormente se dieron a la fuga.

Los jueces del Tribunal de Coyhaique Mario Reyes Trommer y Pablo Freire Gavilán estimaron que la acusación contra Mauricio Orlando Ortega (42) fue probada más allá de toda duda razonable.  El voto de minoría fue del magistrado Luis Rolando del Río Moncada, quien estuvo por absolver a Ortega por los delitos de femicidio frustrado y lesiones gravísimas.

“La dinámica de golpes que describió coinciden con las características de las lesiones que sufrió, salvo la enucleación de sus ojos, lo que se explica por qué la ofendida perdió la conciencia con el tercero de los golpes, cuando estaba en el suelo”, indicaron los jueces.

Dicho testimonio fue sometido a un examen y contraexamen muy riguroso y exhaustivo por parte de los intervinientes, especialmente de la Defensa, método de contradicción que al permitir un interrogatorio desde posiciones antagónicas, es sin duda el más idóneo para asegurar la calidad de la prueba que se produzca en el juicio y una adecuada reconstrucción de los hechos, añadieron.

El fiscal regional de Aysén, Pedro Salgado, destacó que “la sentencia ha determinado la sanción que, de acuerdo con el mérito de los antecedentes, es  acorde a lo que solicitó la Fiscalía. Es la máxima sanción penal según los delitos por los cuales se acusó, así que “desde luego que estamos conformes”.

Los niños fueron testigos

Nicole Huinca, una perito, contó sobre las declaraciones que le tomó a dos de los hijos de la víctima, el 14 de mayo, día en que ocurrieron los hechos. Tanto el menor de 10 años como el de 12 confirmaron que, momentos previos al ataque a su madre, Mauricio Ortega agredió a Nabila al interior de la casa. Uno de ellos incluso le contó a la funcionaria que había escuchado que la ex pareja de la mujer la había amenazado de muerte.

Ortega fue capturado cuatro días después de la agresión. Nunca reconoció los hechos ni mostró arrepentimiento. Su familia ha ejercido tal nivel de presión hacia la víctima que incluso provocó que, en dos ocasiones, ella lo exculpara y describiera a su victimario con otras características físicas, lo que complicó el proceso.

Cifras de femicidios

En lo que va del año se han registrado 14 asesinatos de mujeres en Chile, mientras que en 2015 se cometieron más de una treintena, según informes de la Policía.

Según un reporte de BBC Mundo, de enero al 7 de noviembre de 2016, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género de Chile registró 30 femicidios y 105 fueron frustrados. En 2015 reportaron 45 casos.

El Observatorio de Igualdad de género de América Latina y el Caribe de la Cepal (sobre la base de información oficial) estima que en 2014 hubo 40 homicidios de mujeres de 15 años y más, todas fueron asesinadas por razones de género. 0,4 por cada 100.000 mujeres.

“Cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujeres”. Esa desgarradora estadística la difundió, en octubre de 2016, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal. Según datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de las Naciones Unidas, en 2014, en 25 países de la región, un total de 2.089 féminas fueron víctimas de estos crímenes.

Honduras es el país de la región con el mayor número total de eventos (531 en 2014), lo cual representa 13,3 casos por cada 100.000 mujeres. “Las tasas más altas a nivel regional corresponden a El Salvador y República Dominicana. Argentina y Guatemala se ubican en segundo y tercer lugar, con más de 200 femicidios cada uno en 2014. (I)

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