Hoy tenía previsto encontrarse Deonicio  Ortega con su hijo Ricardo (22 años). El lunes lo llamó y le pidió que lo retire ese día. Le contó emocionado que “entregaba las armas” y el fin de semana quería disfrutar en familia. El conscripto Ricardo Ortega Arévalo es uno de los 20 heridos que dejó el accidente de tránsito del miércoles a 2 kilómetros de la ciudad de Gualaquiza (Morona Santiago).

En el vehículo militar se trasladaban 24 militares a Patuca. Iban a participar de un desfile cívico por los 50 años de cantonización de esta localidad. De los 20 heridos, según el ministro de Defensa, Ricardo Patiño,   uno es de gravedad. Se trata de Ricardo Ortega. Su padre recibió ayer, en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Militar en Quito,  la noticia de que la esperanza de vida de su hijo es “casi nula”. Tiene una severa fractura en el cráneo. Desde el momento del accidente quedó inconsciente. “Su sueño era ser militar. Hace tres meses se unió al cuartel”, contó el hombre, que no encuentra consuelo. Es el mayor de sus cuatro hijos.

El ministro Patiño señaló ayer que hasta el momento había cuatro fallecidos, dos murieron en Gualaquiza y los otros dos en el Hospital Militar.  Según el ministro, las investigaciones avanzan.  No quiso adelantar criterios, sin embargo, contó que hay personas que dijeron que un camión los impactó, mientras que otros indicaron que hubo un deslizamiento de tierra en la zona. El resto de uniformados está estable. Tienen golpes, roturas de huesos y costillas.

 Rubén Hernández, director médico, detalló que algunos de los militares serán dados de alta en los próximos días, mientras que otros continuarán por valoración médica.

Patiño señaló que se revisarán los protocolos de traslado de los militares, así también explicó que en el caso de los militares fallecidos se entregará un fondo mortuorio a sus familiares. Detalló que los uniformados contaban con seguros, además de recursos de sus propios ahorros, pero adicional se aplicará un seguro especial por el transporte.

Deonicio Ortega espera que un “milagro”  salve a su hijo. (I)