Las cosas no le salieron a Kattya (19 años) como esperaba. La joven pidió el sábado pasado ayuda a patrulleros que circulaban por Guamaní (sur de Quito) para que la ayuden a sacar la ropa de su casa por problemas con su conviviente Bryan (22 años).

Ya en la vivienda y tras sacar las pertenencias, los jóvenes se enfrentaron por la custodia de unos bultos blancos. Los uniformados evitaron la agresión entre ambos y se percataron de que al interior de las bolsas presumiblemente había marihuana. Kattya argumentó que la sustancia era para su consumo, pero las autoridades creen que se dedicaban al expendio. Los jóvenes fueron detenidos.

Carlos Alulema, director de Antinarcóticos, señala que ocho de cada 10 dosis que se consumen en el país corresponden a “weed”, que sería la sustancia que  más consumen los jóvenes en el país. Al año se incautan aproximadamente alrededor de 60 toneladas de droga, de ellas un 80% es marihuana.

La variedad conocida como “weed” tiene altos contenidos de la molécula tetrahidrocannabinol (el alucinógeno THC), que según el experto en seguridad Daniel Pontón, permite que la sustancia alucinógena dure más tiempo en el organismo.  

Según la Policía Antinarcóticos, en Quito hubo un incremento del 20% de la incautación de esta sustancia con referencia al 2017.

El coronel Byron Ramos, jefe de Antinarcóticos de la capital, detalló que el año pasado se retuvieron 696.000 gramos. Mientras que hasta noviembre de este año se incautaron 703.933 gramos. Esto representa 7.933 gramos más entre los dos años. (ver infografía)

Ramos considera que si bien se mejoró la operatividad con mayor personal que permite la detención de más vinculados, también aumentó el consumo en Quito. Sin embargo, “estamos enfocados a desarticular las bandas que se dedican al microtráfico”, detalló el coronel.  

La Policía desarticuló este año a 17 organizaciones delictivas, de ellas cinco operaban en el distrito Eloy Alfaro; 4, en Eugenio Espejo; y 6 en La Delicia, Manuelita Sáenz y Los Chillos, además de una en Quitumbe y otra en Calderón (ver infografía).

Hasta el momento, Antinarcóticos tiene abiertas tres investigaciones previas. Uno de los golpes más duros contra el microtráfico se registró el pasado 23 de noviembre, cuando se incautaron 37.076 gramos (75.002 dosis). Se desarticuló a tres organizaciones de microtráfico y se detuvo a 16 personas, en 18 allanamientos, en los distritos de Calderón, Eugenio Espejo, Manuela Sáenz, Eloy Alfaro, Tumbaco, Los Chillos, La Delicia y Quitumbe.

 La sustancia, según las investigaciones, llegaba de Colombia. Se analizan los nexos con ese país fronterizo.  

El microtráfico y el consumo

A criterio de Pontón, el consumo de marihuana creció “a nivel hipotético y no demostrativo” en el país por variables como la complejidad de la vida social. Cree que el consumo de este tipo de drogas tiene que ver con la desintegración de las familias, el menor control de padres a los hijos y que estos pasen menos tiempo en la casa, desinformación, redes sociales, círculo de amigos, entre otras variantes.  

Para Leonardo Jaramillo, experto en seguridad, el incremento responde a consumo y microtráfico en la ciudad. “Exportar marihuana no es rentable como la cocaína o la pasta base”, afirma. Por ello cree que esta sustancia se destina al consumo local; sin embargo, sostiene que para las redes es más rentable traficar con cocaína.

Pontón comparte el criterio y  explicó que para las organizaciones es más fácil empaquetar los bultos de cocaína para el mercado extranjero. “Tener un kilo de marihuana implica llenar un contenedor y eso en EE.UU. no es tan fácil, mientras que por un kilo de cocaína pagan más de $ 30 mil y es más fácil llevarlo”, señaló el experto del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN). Pontón detalló, por ejemplo, que dos o tres gramos de marihuana costarían en el mercado de $ 5 a 10, mientras que un gramo de cocaína costaría $ 10 y $ 20. (I)