Las actividades de control y disuasión se incrementan en diciembre para evitar el contrabando
Los militares descubren 34 pasos ilegales fronterizos con Colombia
El uso del caballo en patrullajes disuasivos se ha vuelto una tarea importante en el control que personal militar efectúa de manera sorpresiva en la frontera norte, especialmente en zonas de difícil acceso apostadas en el límite con Colombia y empleadas por los contrabandistas.
A lomo de los equinos, los militares pueden cubrir entre 30 y 40 kilómetros diarios, en caminos de segundo orden pueden llegar a los 50 km. Los patrullajes se efectúan de 3 a 8 días, indicó Nelson Veintimilla, miembro del Grupo de Caballería Mecanizado 36 Yaguachi.
Uno de los controles hipomóviles se realizó en la parroquia El Carmelo, cantón Tulcán, provincia de Carchi, fronteriza con el Corregimiento La Victoria en Nariño, Colombia, donde una patrulla, conformada entre 9 y 10 miembros del Ejército ecuatoriano, efectuó la vigilancia y reconocimiento del territorio.
Incremento de contrabando
Veintimilla explicó que con los equinos pueden cubrir mayores distancias, sobre todo en caminos de herradura, segundo y tercer orden. En estas vías los vehículos a motor no pueden ingresar.
Por las festividades de Navidad y año nuevo, en diciembre se incrementan las actividades de control y disuasión, por cuanto en la frontera la actividad del contrabando es común, manifestó.
El tráfico de combustibles, estupefacientes, contrabando de frutas, legumbres, electrodomésticos y otros son los principales delitos que se registran en la zona fronteriza, indicó el militar. Con los patrullajes disuasivos se limita la presencia de actividades ilegales en la frontera, expresó.
Patrulla hipomóvil
Geovany Merizalde, subdirector de la Escuela de Operaciones Hipomóviles del Ejército, explicó que el trabajo de la patrulla es de comunicación. “No entramos en contacto con personas que se dedican al contrabando, sino que disuaden y comunican para que se tomen acciones inmediatas”, sostuvo.
Cada patrulla hipomóvil está integrada por un comandante, un guía, uno de seguridad, un fusilero veterinario, un fusilero mariscal herrador, un explosivista, un experto en primeros auxilios y un especialista en comunicaciones, detalló el funcionario.
Si se detecta una actividad sospechosa en la frontera, el grupo de militares notifica al personal de apoyo y respuesta para ejecutar los controles directos. Incluso hay casos en los que supuestos contrabandistas utilizan caballos para cometer sus actos ilegales, por ello el trabajo del patrullaje hipomóvil se lo efectúa de forma imprevista.
Tranquilidad en frontera
Para Maritza Reascos, campesina colombiana que se movilizó hacia El Carmelo, la presencia de militares, sea en un lado o en el otro, genera tranquilidad entre la población. Ella se topó con el patrullaje en el límite fronterizo con su país.
Un similar criterio tuvieron algunos ciudadanos ecuatorianos que residen en la zona fronteriza y se muestran a favor de los operativos de seguridad. El año anterior, los militares identificaron 34 pasos informales, ubicados desde El Carmelo, en Carchi, hasta La Bonita, en la provincia de Sucumbíos. (I)