El efecto en la persona es hacia su sistema nervioso central; por eso la escopolamina era utilizada comúnmente para patologías relacionadas. Sin embargo, ahora el uso es delincuencial, casi exclusivamente, por la facilidad que tienen los “pillos” en perpetrar robos y violaciones, expresa Eduardo Sandoval Villamar, jefe de Toxicología  del Instituto Nacional de Higiene.

¿De dónde proviene la escopolamina?

Es una sustancia que se extrae de la planta denominada belladona. Su flor, que tiene forma de campana, contiene un polvo que la delincuencia utiliza para romper la voluntad de las personas. Este polvo es fino, cristalino, inoloro, amargo. Y tiene la característica principal de que es de muy fácil absorción, lo que marca la diferencia. La sustancia en estado natural, crudo, tiene una fácil absorción por todas las vías. Las personas pueden ser afectadas cuando tienen contacto vía aérea, conjuntiva, por el tacto y vía intestinal.

¿Por qué inhibe la voluntad de las personas?

La droga afecta el sistema nervioso central, crea amnesia momentánea, por un periodo de dos horas y, sobre todo, quiebra la voluntad de la gente, que por lo general hace lo que el delincuente le pide sin restricciones.

¿Este alcaloide lo mezclan con otras drogas?

De los casos que recibe el Instituto de Higiene desde hace unos años, aproximadamente en un 30 por ciento de ellos hemos evidenciado que la mezclan con drogas sintéticas como valium, diazepan, roynold, entre otras, y medicamentos con benzodiacepina, cuya venta es restringida. Aquello permite potenciar su acción por vía oral.

¿Cuándo puede provocar la muerte?

Si la escopolamina es suministrada en elevados volúmenes, puede provocar la muerte de una persona y con mayor seguridad la mezclada con benzodiacepina. De acuerdo con la intención, la escopolamina no duerme enseguida a la víctima, sino que la mantiene despierta, con un cambio de conducta dócil a las intenciones de robar en cajeros automáticos y hogares; pero a quien la suministra se le puede pasar la mano.