Los jueces de paz resuelven casos sin remuneración
Ana Avilés es contadora de profesión, pero le apasiona resolver los problemas en su comunidad sin recibir algo a cambio. Ella es la Jueza de Paz de Tenguel, una parroquia rural de Guayaquil, en la provincia del Guayas.
Cada lunes y martes, la mujer de 64 años va a las instalaciones del Gobierno Autónomo Descentralizado parroquial y en una oficina de 2x3 metros recibe a personas que llegan con problemas, a pedir consejos o a demandar a alguien.
La Justicia de Paz, vigente en Ecuador desde 2014, es una instancia de administración de justicia que se orienta a garantizar el acceso rápido y efectivo a los servicios para los ciudadanos que habitan en áreas rurales y urbano- marginales del país.
En Ecuador hay 393 jueces de paz electos que fueron capacitados por el Consejo de la Judicatura (CJ). En Guayas, hasta abril de 2019, había 15.
Ana Avilés, quien está en el cargo hace dos años y ocho meses, ha conocido 414 casos; la cantidad más alta en toda la provincia. Se trata sobre todo de problemas de deudas y linderos.
Es lunes por la mañana. La jueza conversa con Claudia (nombre protegido), quien le comenta que quiere demandar a su esposo por pensiones alimenticias, pero además revela que ha sido violentada.
Estos casos no se pueden resolver a través de la Justicia de Paz, pero Ana guía a la víctima para que conozca dónde la pueden ayudar. Le explica incluso que puede acceder a medidas de protección para evitar una agresión. Todo se lo escribe en un papel para que no lo olvide y le dice que puede regresar cuando quiera.
La Unidad Judicial más cercana a la que pueden ir los habitantes de Tenguel está en el cantón Naranjal, también provincia de Guayas.
Los casos en los que Ana Avilés sí puede actuar son: conflictos individuales, comunitarios y vecinales, así como contravenciones que no impliquen privación de libertad.
En el caso de obligaciones patrimoniales (contratos, deudas, daños), únicamente hasta cinco salarios básicos unificados ($1.970). Para acceder no se necesita de un abogado, es gratis y los casos se resuelven en aproximadamente 15 días.
Si las partes no llegan a una conciliación, el Juez de Paz toma una decisión buscando la equidad y emite un fallo dándole la razón a una de las partes. La otra, aunque no esté de acuerdo, acata la disposición.
No todos los que buscan la Justicia de Paz están dispuestos a resolver los problemas. Ana cuenta que una vez hasta hubo un enfrentamiento en su oficina. Eran hermanos que se disputaban una herencia; el problema terminó en golpes y hasta la Policía intervino.
Paúl Franco, director provincial del CJ en Guayas, precisó que las Jueces de Paz son elegidos por la comunidad y que por eso deben ser de confianza y reconocidos.
Además tienen que cumplir otros requisitos como ser mayores de edad, gozar de los derechos de participación política, tener instrucción primaria completa y hablar el idioma que predomine en la circunscripción. Precisó que estos servidores trabajan ocho horas a la semana y recordó que no reciben remuneración.
Marilú Ramírez vive en el recinto Rafael de Tenguel y asegura que Anita (como le dicen de cariño) reúne todos los requisitos, sobre todo el de querer ayudar a la comunidad.
Ella comentó que les ayudó a resolver un problema con una compañía que construyó la carretera sin dejar desfogue para el río que en época de lluvias se desborda e inunda la localidad. “Es bueno tener una Jueza de Paz que nos ayude a resolver los conflictos”.
Qué temas no tratan
En la Justicia de Paz no se tratan delitos, violación de derechos fundamentales, contravenciones con prisión, pensiones alimenticias, violencia intrafamiliar, asuntos de justicia indígena y adolescentes infractores. (I)
----------------------------
Las Naciones Unidas instan a vivir en armonía
Las Naciones Unidas exhortan, los 21 de septiembre de cada año, a todas las naciones y personas a que abandonen las armas y reafirmen su compromiso de vivir en armonía unas con otras.
Además, hoy que se recuerda el Día Internacional de la Paz, invitan a reflexionar a nivel mundial sobre el tema de este año: “Acción climática por la paz”, que transmite un mensaje claro: la emergencia climática mundial supone una amenaza para la seguridad y la estabilidad. Por ello, la acción climática urgente es un deber de todo el mundo, sostiene el presidente de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
En esta línea, en Nueva York, sede de la organización internacional, se efectuará el lunes 23 de septiembre la Cumbre sobre la Acción Climática. La finalidad será que los dirigentes mundiales aporten planes concretos y realistas para acelerar con rapidez la adopción de medidas y lograr un futuro más limpio, seguro y ecológico. (I)