Las puertas metálicas de la casa donde vivía Diana Cruz permanecen selladas con una cinta adhesiva transparente,  con la palabra evidencia.

La joven, de 27 años, quien tenía cuatro hijos, fue asesinada y descuartizada presuntamente por el hermano de su esposo: Félix Leonardo Z. P.

El individuo fue apresado el 11 de enero de 2017 por presuntamente violar y matar a su sobrina Selena Zavala, en la misma casa a la que Diana llegó a vivir después.

Según consta en la página de la Función Judicial, Selena tenía cinco meses de embarazo y fue encontrada desnuda y con huellas de estrangulamiento en el baño del domicilio de una planta, situado en el bloque uno de la cooperativa Bastión Popular, en el noroeste de Guayaquil.

En ese entonces, la hermana de Félix y madre de la víctima manifestó que él había intentado abusar sexualmente de su hija y que tuvieron dos años de enemistad.

La madre del sospechoso aceptó que él era el único que estuvo en la vivienda la madrugada del crimen. Sin embargo, no se comprobó que la matara.

El 20 de febrero de 2018, el Tribunal de Garantías Penales ratificó el estado de inocencia del procesado.

Dos años después, el mismo nombre aparece como principal sospechoso de la muerte de otra mujer: Diana.

Una tía de la víctima, quien pidió la reserva de su nombre, comentó que la joven desapareció el 17 de julio. Ella vivía con su esposo Carlos, sus cuatro hijos, su cuñado Félix y la expareja de este (Roxana). A veces también iba su suegra.

Lo último que supo es que Diana estaba en casa con su hija de un año. Su esposo había viajado a Manta, provincia de Manabí.

Norma, la madre de Diana, reveló que su nieta (de nueve años), le contó que cuando llegó de la escuela le preguntó a Félix por su mamá y le respondió: anda compra el almuerzo porque tu mamá ya no va a regresar.

Al siguiente día, a las 11:00, Félix envió a los niños a la escuela y se quedó con el más pequeño. Luego llamó a su hermano Carlos para decirle que la esposa no aparecía y los niños lloraban.

Carlos llamó a pedirle ayuda a su suegra, Norma, y ella denunció la desaparición de su hija el jueves 18 de julio.

El cuerpo de Diana fue encontrado cuatro días después. Una parte estaba en un tanque con cemento, en una casa del sector Manguito, en la cooperativa Sergio Toral.

El dueño de la vivienda donde estaba el tacho es Giovanny P. Él acudió la madrugada del 22 de julio a una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) a informar que tres días antes un conocido le dejó el recipiente sin decirle qué era, pero que apestaba.

Los agentes fueron a averiguar de qué se trataba y hallaron el cuerpo. El fiscal Errol Elizalde informó que “el recipiente tenía una base de hormigón. Ahí habían metido el cuerpo y lo llenaron de más cemento. Para sacar el cuerpo hubo que picar”.

La cabeza fue encontrada, horas después, enterrada bajo un inodoro en la casa donde vivía Diana, informó William Herrera, jefe zonal de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased).

No aceptan participación
Giovanny y Félix fueron capturados y llevados hasta la Unidad de Delitos Flagrantes, en el Cuartel Modelo.

Ahí cada uno dio su versión. Giovanny P. le contó a los agentes que Félix le dijo que tuviera el tacho hasta el domingo y le aseguró que no se trataba de nada malo.

Félix sostuvo que no mató a su cuñada e involucró a Roxana en el hecho.

Según el hombre, el miércoles, a las 10:00, llegó a la casa y encontró a Diana muerta y metida en un tacho. Agregó que en la casa estaba su expareja Roxana, quien no le dio explicaciones de lo sucedido y se fue en un taxi.

Félix aseguró que desde ese momento no supo más de ella y que aunque trató de contactarla por redes sociales no recibió respuesta. (I)