La Policía española ha desarticulado un grupo especializado en la introducción de cocaína en España procedente de Latinoamérica, en una operación en la que ha detenido a once personas y decomisado 213 kilos de esa droga, informaron hoy fuentes policiales.

Los detenidos presuntamente eran los encargados de recibir y distribuir "importantes partidas de estupefaciente" procedente de Latinoamérica y "formaban una de las organizaciones más activas" que operaba en el puerto de la ciudad española de Valencia (este).

Los detenidos introducían supuestamente la droga en España por el método del "gancho ciego", que consiste en introducir la mercancía en el interior de un contenedor cuando se encuentra en origen y a punto de ser embarcado sin el conocimiento ni de la empresa exportadora ni importadora, para después retirar la mercancía una vez en el puerto de destino y antes de ser despachado.

Los agentes se han incautado de 213 kilogramos de cocaína que fueron interceptados en un contenedor procedente de Perú, además de un envío de sustancias estupefacientes desde Ecuador en el interior de una maleta de un pasajero que estaba al tanto de la operación.

Las investigaciones comenzaron en septiembre del año pasado, cuando se tuvo conocimiento de la presencia en España de una organización formada por ciudadanos españoles y ecuatorianos, dedicados presuntamente al tráfico de cocaína desde Latinoamérica hasta España.

En mayo pasado, los proveedores de la cocaína remitieron una importante cantidad de esta droga al puerto de Valencia, donde los agentes identificaron tres contenedores vinculados con el grupo, uno de los cuales contenía cinco maletas con más de 40 kilos de cocaína cada una.

El envío, oculto entre una carga legal de madera, estaba "fácilmente accesible" nada más abrir las puertas para así facilitar su retirada, según las mismas fuentes.

Posteriormente, los agentes averiguaron que iba a tener lugar otro envío "de mucha menor cantidad" en el interior de la maleta de un pasajero de un vuelo procedente de Ecuador.

Cuatro integrantes de la banda se trasladaron al aeropuerto de Madrid-Barajas para supervisar la llegada de la droga y, tras coger el equipaje, regresaron a Valencia hasta un piso que la organización había establecido como sede de operaciones.

El dispositivo de vigilancia establecido por la Policía en las inmediaciones del inmueble culminó con la detención de seis personas y el registro de la vivienda donde, además de la cocaína, se encontraron las piezas de la maleta en la que venía camuflada la droga, botes de productos de baño donde ocultaban la sustancia y el utillaje necesario para la transformación y fraccionamiento de la droga.

La operación se cerró al día siguiente con la detención de otros cinco presuntos implicados.