A pesar de la prohibición y vigilancia de la Policía Nacional, aún son ofrecidas en Guayaquil camaretas y ‘tumbacasas’, explosivos controlados por las autoridades por su alta peligrosidad.

En un recorrido por la feria de pirotecnia, en la explanada del estadio Monumental, en Guayaquil, varios vendedores siguen ofreciendo ‘en voz baja’ camaretas y ‘tumbacasas’, cuya incorrecta manipulación causa serias heridas e incluso la muerte. En diciembre del año pasado una persona falleció en el sector de Bastión Popular (norte de Guayaquil) por la explosión de camaretas y 20 menores de edad resultaron con quemaduras leves y graves, según informe del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.

La feria de venta de pirotecnia del Monumental se desarrolla por segundo año consecutivo, impulsada por la Gobernación de Guayas y por otras instituciones de control, para evitar la venta irregular de explosivos; sin embargo, algunos vendedores todavía burlan el control y ofrecen los productos prohibidos.

Layla Willis, quien recorría el sábado la feria en busca de reventadores y luces artificiales para celebrar la llegada de 2015, se quejó de que un vendedor se le acercó y al oído le ofreció camaretas y ‘tumbacasas’.

“Hay una campaña en las radios motivando a los ciudadanos para que no compren explosivos prohibidos y eviten desgracias, pero esta gente no hace conciencia”, comentó la mujer. En la explanada del estadio de Barcelona hay unos 200 comerciantes de fuegos artificiales, entre mayoristas y minoristas.

El artículo 361 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece pena privativa de libertad de entre 3 y 5 años para quien fabrique, suministre, adquiera, comercialice o transporte, sin la autorización correspondiente, armas de fuego, sus partes o piezas, municiones, explosivos, accesorios o materiales destinados a su fabricación. Las camaretas y ‘tumbacasas’ encajan dentro de esta categoría.