El mural de Pavel Égüez le dará ‘memoria a los casos de violaciones’
Las violaciones a los Derechos Humanos continúa como una práctica normal en varios países del mundo; en México, por ejemplo, donde la tragedia de 43 estudiantes normalistas desaparecidos ha conmovido al planeta. En Sudamérica las secuelas de la represión a la población civil que dejaron los gobiernos militares en la década del 80 en Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay sigue golpeando a las comunidades.
“El país no fue ajeno a esa corriente oscura y también fue víctima de gobiernos represores e instituciones del orden que motivaron graves violaciones a los derechos humanos”, recordó Fidel Jaramillo, director de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía.
Como una manera de reparar simbólicamente a las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos, el 10 de diciembre ‘Día Universal de los Derechos Humanos’ se develará un mural gigante de 215 metros cuadrados en la pared principal del cerramiento del edificio de la Fiscalía General del Estado en Quito.
Este mural forma parte de la obra ‘El grito de los excluidos’, de la autoría del pintor Pavel Égüez, que ha recorrido América Latina.
Éguez manifestó que formuló la propuesta a la Fiscalía, de pintar un mural que “le dé memoria a todos estos casos de violaciones y que no sea un fin, sino un medio para otorgarles voz también desde el arte”.
Indagación de casos
La dirección de la Comisión de la Verdad de la Fiscalía está indagando 136 casos recibidos de la Comisión de la Verdad, creada por el Ejecutivo y que recopiló las violaciones a los derechos humanos ocurridos entre 1984 y 2008. Estos hechos dejaron 456 víctimas.
La Fiscalía ya ha judicializado 8 de esos casos, de los cuales uno tiene sentencia: la causa ‘González y otros’, en el que 5 policías fueron condenados por un tribunal de la CNJa 16 años de prisión por cometer ejecuciones extrajudiciales y está pendiente el inicio de juicio en contra de 9 oficiales del ejército y un excomandante de Policía acusados de cometer delitos de lesa humanidad en contra de Susana Cajas, Luis Vaca y Javier Jarrín en 1984.
Jaramillo refirió que precisamente el mural representa la represión estatal no solo en Ecuador, sino también de la región en los 70 y 80, que sufrió dictaduras en casi todos los países del continente.
“En este contexto se promovió la violación de los derechos humanos de manera masiva, sistemática en el país, especialmente entre 1984 y 1988, lo cual visibilizó a centenas de víctimas en nuestro país y que a su vez motivó a la Comisión de la Verdad de la Fiscalía que inicie la judicialización de varios casos”.
La pintura recoge la exigencia de verdad y justicia “no solo están nuestros luchadores ecuatorianos sino que se puede ver allí cómo se ha efectuado la lucha a través del continente como, por ejemplo, el drama guatemalteco con la masacre de Riosmont, pasando por las desapariciones forzadas y la lucha de las Abuelas de la Plaza de Mayo, en Argentina; y nuestros ejecutados extrajudicialmente, desaparecidos o torturados”, agregó.
Además, el funcionario mencionó que la obra representa a la utopía, la necesidad de llegar a esta etapa de reconciliación y que esta memoria afirme la visión de que estos hechos nunca más ocurran en el país.
El artista expresó que preparar el mural implicó un arduo trabajo iniciado en enero con las víctimas y familiares “para no quedarnos solo en la lectura de los informes que pueden decir cosas muy importantes desde el punto de vista jurídico, pero no tanto de la parte espiritual. Hicimos una serie de talleres en algunas provincias y luego plasmé 200 bocetos previos al diseño del mural”, explicó Égüez.
El tema es una continuidad que ha estado presente siempre en la pintura de Égüez, cuyas obras incluyen los murales de la Universidad Andina Simón Bolívar además de murales que hizo en Nicaragua, Guatemala, Venezuela e Italia.
Los derechos humanos son temas bastante especiales por los contenidos, “el mural tiene esta síntesis de poder expresar no solo los hechos sino también emociones, la simbología representa lo que somos, por eso topa cosas del pasado pero también del presente; la obra contiene un espacio esperanzador, tenemos que ser absolutamente vivenciales en crear un mundo que respete los derechos humanos irrestrictamente, ese es el reto y el sueño”, dijo.
Égüez añadió que los temas de derechos humanos no son tomados en cuenta por la ciudadanía en general, “puede sonar increíble, pero muchas personas en nuestro país todavía no saben que aquí hubo terrorismo de Estado y crímenes de lesa humanidad, creen que eso solo sucedió en países como Chile o Argentina, donde el tema se volvió mediático porque había una cantidad mayor de víctimas”.
Según el pintor, lo que ocurrió en Ecuador entre 1984 y 1988 no deja de ser menos grave, y el mural busca ser de alguna manera pedagógico, porque “visibiliza lo que mucha gente ha querido durante décadas mantener en la oscuridad sin que se conozca”.
La develación del mural está prevista para el 10 de diciembre como parte de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos.
El fiscal GaloChiriboga dijo que el mural plasma la posición de Ecuador en cuanto al respeto a los derechos humanos y reivindica a las víctimas de un período histórico terrible no solo en el país sino en Latinoamérica.