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El Telégrafo
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El despido en filas policiales obedece a cuatro causas

El despido en filas policiales obedece a cuatro causas
Foto: Archivo / El Telégrafo
14 de marzo de 2018 - 00:00 - Unidad de Investigación

De acuerdo con el Código de Entidades y Seguridad Ciudadana, 23 son las faltas graves por las que un miembro de la Policía Nacional puede ser dado de baja.

De ese total, las faltas más graves en las que se han visto inmersos son obtener beneficios personales o para terceros, y recibir o solicitar dádivas o recompensas por actividades inherentes a su servicio. También consta abusar de la jerarquía para incumplir obligaciones económicas o legales, causar perjuicio o grave daño a un tercero o incidir por cualquier medio en el proceso de admisión de aspirantes.

A eso se suma actuar en forma abusiva, arbitraria o violenta de forma física contra sus superiores, compañeros, subalternos, aspirantes o usuarios, así como agredir, hostigar o acosar sexualmente o pedir favores sexuales valiéndose del cargo, mando o jerarquía.

Incluso han sido separados por su implicación en casos de delincuencia organizada.

La corrupción en filas policiales tiene un antes y un después
Manuel S., quien se jubiló en la Policía Nacional con el rango de suboficial luego de permanecer cerca de 32 años activo, dijo ser testigo de los cambios que se han dado en la institución y también de las falencias que tiene.

“Antes la corrupción era bárbara. Recuerdo que en una época había que pagar para que le manden a Tránsito, especialmente al control de las carreteras. Lo que uno pagaba lo recuperaba en tres meses, porque los camioneros y los choferes de los buses diariamente nos sobornaban y por ese motivo esa plaza de trabajo era bien codiciada por todos”.

Luis B., también policía en servicio pasivo, indicó que oficiales y subalternos salían antes con buen dinero porque en todas las áreas se daba espacio para la corrupción.

“En Migración, en el ex-SIC hoy Policía Judicial y más en Antinarcóticos, la corrupción era fuerte. Salíamos a realizar supuestas batidas y los delincuentes eran extorsionados. Los oficiales honrados eran menos de la mitad, pero sí había en mi época gente valiosa y por allí creo que comenzó el cambio al interior de la institución, cuando los honrados comenzaron a ocupar cargos de mando”.

Asimismo precisó que “no hay que obviar el daño que también le hicieron los políticos, pues gracias al palanqueo yo vi casos de oficiales que nunca salieron de Quito”.

En una entrevista con los Medios Públicos, el ministro del Interior, César Navas, aseguró que el Estado lleva actualmente la política pública integral de dar seguridad a todos los ecuatorianos.

Consultado sobre cómo combatir la corrupción que se da al interior de la Policía, Navas fue tajante al afirmar que hay cero tolerancia contra todo caso de corrupción.

“Nosotros hacemos un proceso permanente de análisis para cada ascenso; al aspirante se le hacen las pruebas de confianza y para ello utilizamos el polígrafo”.

Entonces destacó que los malos elementos, cuando se ha comprobado sus faltas, han sido separados de la institución. De allí que reveló: “En los últimos cinco o seis años hemos dado de baja a casi mil policías”.

El Ministro explicó que otra forma de prevenir actos de corrupción es llevar adelante un riguroso proceso de selección de quienes aspiran a convertirse en gendarmes. Además, como una forma de velar por el bienestar del agente del orden, dijo que se trabaja en la parte social, es decir, en darle al policía incentivos como tener una vivienda y un salario digno.

Fernando Bustamante, exministro del Interior, resaltó la búsqueda de mejoras en la calidad del agente del orden, en todo sentido, en los últimos años.

Dijo que una buena prueba para combatir la corrupción al interior de la Policía es la puesta en marcha del Código de Entidades y Seguridad Ciudadana. “Es bien estricto y se asemeja al que tienen los servidores públicos”.

Bustamante, quien también fue asambleísta, señaló que, de acuerdo con el Código, los agentes del orden pueden cometer faltas leves, graves y muy graves, pero que por dos faltas seguidas pueden ser dados de baja.

“Entre las faltas graves hay 23 causales de destitución inmediata que van desde abandono del cargo y abuso de autoridad, hasta extorsión y tema sexual”.

Manifestó que se ha buscado elevar la calidad de los nuevos aspirantes para que su carrera sea digna.

Es partidario de que quienes van a puestos sensibles, entre ellos a Antinarcóticos donde hay altas probabilidades de ser tentados por las bandas de narcotraficantes, pasen por un riguroso proceso de selección.

En cambio, no es partidario de que a los familiares de los aspirantes también se les haga un seguimiento, porque  nadie tiene la culpa de que un pariente cometa un delito.

Sobre la aplicación del polígrafo dijo que este debe servir como mecanismo de apoyo en cualquier caso de investigación, pero que no puede de ninguna manera ser una prueba definitiva.

Apoya todo método que implique mejorar la selección de aspirantes.

Analistas en seguridad manifestaron que en todas las policías del mundo se dan casos graves de corrupción y que Ecuador no está exento.

Japón es el país que tiene la mejor Policía del mundo, gracias a que cuenta con un excelente Departamento de Asuntos Internos que diariamente monitorea el accionar de sus miembros. (I)

*Haga click en la imagen para ampliarla


La clave está en el proceso de selección y la formación

Exmiembros de la Policía Nacional dijeron a los Medios Públicos que la mejor forma de combatir la corrupción al interior de la institución del orden es contar siempre con un riguroso proceso de selección de los aspirantes.

Juan Sosa, coronel en servicio pasivo y actual Secretario de Seguridad del Municipio de Quito, indicó que si bien se cuenta con un marco jurídico estricto, todavía existen casos de agentes del orden que han sido dados de baja por mala conducta profesional, al verse involucrados en actos delictivos, incluso por pertenecer a bandas organizadas.

“Si ingreso por estabilidad económica hay problemas porque eso siempre conlleva tentaciones. El aspirante debe saber que la Policía Nacional es una institución de servicio, que aquí no se viene a hacer plata”.

Sosa es partidario de la utilización de mecanismos como el polígrafo, porque eso ayuda a detectar a los que están actuando fuera de la ley.

Dijo que las pruebas de confianza deben ser rigurosas porque es la única forma en que se puede enfocar a las personas que no tienen bases sólidas en su  formación moral.

“Los principios vienen del hogar, es allí donde se aprenden valores como la honradez, la lealtad. Yo apoyo que a todo funcionario público se le pida cuentas de sus bienes. El que nada hace, nada teme, siempre los corruptos van a estar en contra de todo tipo de control”.

Patricio Quinzo, sargento en servicio pasivo de la Policía, dijo  que lo mejor que se puede hacer es que la institución realice un estricto proceso de selección de todos los aspirantes.

“Hace algunos años se dio el proceso de selección al personal policial de una manera fugaz, muy rápida, todo por cumplir con un cierto cupo que daba el Gobierno para que cubran las plazas. Entonces se dieron facilidades para que jóvenes bachilleres ingresaran. Por eso recuerdo que se les llamaba los ‘combos’, porque en primera instancia la formación del policía se hacía en seis meses, período que no era suficiente para su preparación”.

Quinzo dijo que producto de esta mala selección al interior de la Policía ingresaron jóvenes que incluso tenían antecedentes penales o habían pertenecido a pandillas y formado parte de bandas delictivas.

Edmundo Ruiz, presidente de la Asociación de Generales de la Policía Nacional en Servicio Pasivo, manifestó que la vocación tiene mucho que ver a la hora de escoger a un agente del orden.

“Antes entrábamos por vocación, ahora en cambio las cosas han cambiado, ya que los jóvenes sueñan con pertenecer a la
Policía por su seguridad material”.

También es partidario de que se les realice la prueba del polígrafo a los nuevos y actuales agentes del orden, especialmente a aquellos sobre los que hay serias sospechas de que podrían estar inmiscuidos en casos de corrupción. (I)


Una profesión que atrae por la estabilidad y el sueldo

La profesión de policía está de moda en los jóvenes. En octubre de 2017 la institución llamó a los bachilleres para que se presenten como aspirantes: el cupo fue de 2.810 pero se presentaron 50.130.

“El análisis es sencillo. En la Policía, las tres ramas de FF.AA., Bomberos y policías municipales se les ofrece estabilidad laboral, con aumentos salariales cada cinco años y un retiro muy bueno. Allí le ven lo atractivo”, explicó un coronel quien pidió no ser citado.

Expolicías consultados coinciden en que una de las causas por las que ciertos miembros caen en las garras de la corrupción, extorsión y delincuencia organizada es que vieron en la Policía una fuente de ingreso y no una vocación.

Eso ha llevado a que en los últimos años ciertos uniformados, incluidos altos oficiales, sean asesinados o detenidos. Por ejemplo, Fausto Tamayo, excomandante general de la Policía, afronta un proceso judicial por el fraudulento caso de los pases. A él y otras personas se los acusa de pedir dinero para enviar a una plaza a un agente.

Esta presunta banda habría manejado $ 6’000.000, producto de los sobornos que recibieron. El caso se ventila en la Corte Nacional de Justicia (CNJ). (I)


2.633 aspirantes pasaron todas las pruebas

Información sobre las carreras policial y universitaria, así como los costos de la Escuela Superior de Policía Nacional, recibieron los 400 aspirantes a oficiales, que concluyeron con las mejores notas el proceso de reclutamiento 2017-2018.

El pasado 17 de julio, el Ministerio del Interior y la Policía abrieron 2.800 cupos para nuevos gendarmes, quienes debían tener entre 17 y 24 años. Este proceso contempló 80 cupos para mujeres y 240 para etnias de la Amazonía.

El reclutamiento tuvo 9 etapas, en la primera se inscribieron 50.130 ciudadanos, de ellos 3.220 pertenecían a etnias amazónicas. 2.633 aprobaron las pruebas, desde la académica, poligráfica y psicológica. Los 400 mejores puntuados irán a la Escuela Superior para ser oficiales.

“Nuestro interés es que los 400 cadetes conozcan los beneficios y obligaciones que conllevan pertenecer a la Policía Nacional”, dijo Daniela Valarezo, presidenta de la comisión general de admisiones de la institución.

Los cadetes que ingresarán en la Escuela Superior General Alberto Enríquez Gallo cumplirán 4 años de preparación. Los primeros tres meses son de adaptación, instrucción formal, marcha administrativa. El segundo, de instrucción al cadete; el tercero, responsabilidades y cuarto, aprender a resolver problemas. (I)

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