En cárceles se elaboran cabinas de desinfección
Trece personas privadas de la libertad del Centro de Rehabilitación Social (CRS) de Machala (El Oro) construyeron cabinas de desinfección que se utilizan para evitar la propagación del virus covid-19.
De las elaboradas, una fue instalada en el ingreso peatonal por donde pasan los guías y funcionarios.
La segunda es más bien un arco del tamaño de un portón por donde entran los carros de los proveedores de alimentos. La construcción de esta empezó y culminó la tarde del jueves 23 de abril.
Juan Pablo Romero, director del Centro de Privación de la Libertad de Machala, contó que se contactó con una persona que construía las cabinas en el mercado para cotizar la instalación.
El ciudadano le respondió que $ 1.000, pero al enterarse de que era para la cárcel ayudó a conseguir materiales más económicos y les enseñó a los internos del taller de construcción y plomería acerca del proceso.
Los materiales fueron tubos de PVC, aspersores y plásticos. Además de un tanque reservorio de agua.
Para la desinfección se utiliza el amonio cuaternario de quinta generación: un limpiador desinfectante que contiene un amplio espectro de eliminación de microorganismos, como virus, bacterias y hongos.
“La desinfección es en pocos segundos. Uno ingresa a la cabina y da una vuelta de 360 grados y en dos pasos ya sale totalmente rociado”, manifestó el funcionario.
De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el amonio cuaternario es muy estable y sigue eliminando bacterias por más tiempo, cuando la mayoría de los otros desinfectantes ya perdieron su eficiencia.
Juan Pablo Romero agregó que en la cárcel de Machala no hay casos positivos ni sospechosos de covid-19.
Las primeras cabinas de desinfección fueron vistas en China, donde comenzó el brote epidémico que hasta ayer dejaba 2’447.920 contagiados y 168.500 fallecidos en el mundo.
Las construidas por las personas privadas de la libertad lucen más artesanales, pero el efecto es igual, señaló.
En la cárcel de Machala, no solo se han preocupado por la seguridad de los internos, sino por ayudar a la dura situación que enfrentan las familias que perdieron a un ser querido.
Hasta el 20 de abril, los internos habían elaborado alrededor de 30 féretros, de los cuales cuatro fueron entregados por medio de la Gobernación de El Oro.
En Archidona, también construyeron cabinas de desinfección y están planificando elaborar más.
Otras acciones
En Ibarra, los internos reciben una remuneración por elaborar mascarillas y trajes de bioseguridad.
Los internos, hasta ayer, hicieron 649 mascarillas para la población penitenciaria y guías, pero también confeccionaron otras que fueron pedidas por personas naturales para donarlas en el hospital Vicente Paúl; así lo informó Jaime Yacelga, director del CRS de Ibarra.
En Guayaquil, mujeres internas elaboraron 300 trajes de bioseguridad que fueron entregados a la Fuerza de Tarea Conjunta, encargada del levantamiento de cadáveres.
“Los trajes están hechos bajo las directrices emitidas para enfrentar la pandemia”, indicó Orlando Jácome, subdirector técnico de Rehabilitación Social.
Hasta la tarde habían cinco casos positivos y nueve internos en cuarentena en cárceles de Ecuador. (I)