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El Telégrafo
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Asaltos a pasajeros ocurren en horas de entrada y salida de las oficinas

Los delincuentes prefieren vías con largos tramos desolados y cercanos a pasos de desnivel para robar en los buses
Los delincuentes prefieren vías con largos tramos desolados y cercanos a pasos de desnivel para robar en los buses
Foto: César Muñoz / El Telégrafo
19 de agosto de 2019 - 00:00 - Redacción Justicia

El jueves 15 de agosto de 2019, la Policía detuvo a un antisocial que se dedicaba al robo de pasajeros en buses de transporte público.

La captura se logró en un paradero de la vía perimetral, en el sector de la Isla Trinitaria, cuando gendarmes se percataron de la actitud sospechosa de un joven, de 19 años, a quien realizaron un registro. En su poder se halló un arma de fuego, la cual presumiblemente utilizaba para cometer los asaltos.

Según datos de la Fiscalía, en 2018 en Guayaquil se denunciaron 9.094 robos en todas sus modalidades, mientras que de enero a julio de 2019 la cifra alcanza 11.593. Sin embargo, la institución no cuenta con números específicos del robo en buses.

El coronel Carlos Mera, jefe subrogante de la Policía Nacional de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), explicó que para reducir el número de casos, la institución ha implementado un nuevo eje de trabajo denominado “Movilidad Segura”.

Este plan consiste en disponer la presencia de agentes policiales en las paradas de buses y dentro de las unidades de transporte. “Policías resguardan las paradas en las que se han identificado mayor número de casos y gendarmes vestidos de civiles se mueven en los buses para identificar a los asaltantes”.

Indicó que esta tarea se ha potenciado gracias a la llegada de 500 nuevos uniformados a la Zona 8, la semana pasada. Sin embargo, para los usuarios del transporte público, la frecuencia de los robos al interior de los vehículos se ha incrementado.

Gabriel Alvear fue víctima de un asalto de este tipo hace tres semanas. Recordó que salió a las 06:30 de su domicilio, en la ciudadela Florida Norte, con dirección al sur.

Tomó un bus en la vía Perimetral y dos kilómetros antes de llegar al puente de la Trinitaria un hombre sacó un arma y empezó a desvalijar a los pasajeros. “Nos quitó dinero, relojes, joyas y celulares; en cuestión de segundos tenía un montón de teléfonos y otros objetos de valor en su mochila. Antes de subir el puente se bajó y se fue por un lado de la vía”.

Choferes de la línea 35, que transita por esta avenida, concuerdan en que este es el modus operandi más usado por los ladrones. Aseguran que casi siempre se suben como si fueran pasajeros y esperan los tramos más solitarios para atracar.

“Si se suben varios delincuentes, uno le roba al conductor y lo obliga a que siga en movimiento, los otros asaltan al resto. Algunos se bajan y se pierden, a otros los esperan carros o motos para huir”, relató un chofer que prefirió no identificarse.

Isabel Ronquillo vivió una situación similar al norte de Guayaquil. Rememoró que cerca de las 21:00 viajaba en un bus por la avenida Francisco de Orellana, cuando un hombre se sentó a su lado.

Luego de unos minutos, en un sector donde no hay muchas personas, este sacó un cuchillo y le quitó el monedero y el teléfono. “Me mostró un cuchillo pequeño, me dijo que no diga nada y que le dé las cosas. Luego de que se las guardó en un canguro, esperó que alguien solicitara la parada y se bajó como si nada”.

Alvear y Ronquillo coinciden en que no se acercaron a denunciar porque lo consideraban inútil, pues que aunque encontraran al ladrón, no recuperarían sus objetos. “Lo más probable es que el pillo salga más rápido en lo que me demoro haciendo todo el trámite”, reclamó Alvear.

Las horas de ambos asaltos están dentro de la franja horaria en la que las autoridades han detectado mayor índice de este tipo de delito.

Por las mañanas, los delincuentes aprovechan la gran cantidad de gente que sale hacia sus trabajos o instituciones educativas; por las noches asaltan a quienes regresan de sus oficinas y a los que viajan solos por zonas desoladas, a altas horas.

Uno de los mayores inconvenientes que encuentra la Policía para controlar estos actos ilícitos es que es un fenómeno en constante mutación.

Cuando establecen los horarios y sectores donde se genera un repunte en los asaltos y realizan operativos, los delincuentes cambian las horas y lugares donde cometen los robos. (I)

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