Arranchadores actúan en varias zonas de Guayaquil
Eran alrededor de las 14:00 del jueves, plena “hora boba”, cuando Verónica Cedeño, de 32 años, caminaba junto con su madre por la calle Pedro Moncayo, cerca del parque La Victoria, donde fue sorprendida por un sujeto que en menos “que canta un gallo” le arrancó de sus orejas su par de aretes bañados en oro.
La Policía logró la captura del sospechoso, sin embargo fue liberado porque la víctima del robo se rehusó a presentar la denuncia, una vez que recuperó las alhajas.
“Como la gente no denuncia, a veces detenemos a los sospechosos por escándalo en la vía pública para ver si escarmientan con un día de prisión”, indica el policía Byron Moreno, asignado al UPC Nº 28 del parque La Victoria.
Sectores concurridos, como los alrededores del Mercado Central, las ‘cinco esquinas’ o el parque La Victoria, se caracterizan en Guayaquil por la gran cantidad de arranchadores o carteristas-como también se los llama- que allí pululan.
Es así que, según informa Bernardo Ovalle, director del Observatorio de Seguridad Ciudadana de Guayaquil, el robo a personas bajo esa modalidad tuvo un incremento del 72% durante el primer cuatrimestre de 2011 con relación al mismo período del año anterior, pasando del 39% al 67%. Señala, además, que el 79% de los robos se da en la vía pública y el horario de mayor ocurrencia es de 12:00 a 15:00.
Esos delincuentes, según comenta Ramiro Mantilla, comandante del Distrito Metropolitano de Guayaquil, cometen el atraco de una forma tan sutil que en la mayoría de los casos las víctimas ni se dan cuenta.
Eso fue lo que le pasó a Darío Tapia, quien perdió su teléfono celular, la billetera y $ 60. El perjudicado no se dio cuenta del robo hasta que se disponía a pagar el pasaje en el bus. “Al ver mi bolso abierto comprendí que el sujeto que me había empujado minutos antes me robó”, señala.
Para el experto en seguridad ciudadana y antiterrorismo urbano, Daniel Adler, la prevención, acompañada de la disuasión, son los factores más importantes que tienen los ciudadanos como arma antidelincuencial, las mismas que, según asegura, conforman el 90% de toda la seguridad personal y patrimonial.
“Es importante saber que los pequeños detalles realmente hacen la diferencia a la hora de hablar de medidas de prevención que pueden funcionar efectivamente”, indica Adler, quien agrega que para que eso surta efecto es necesario enviar un mensaje un tanto oculto o subliminal al o los posibles atacantes.
El mensaje, revela Adler, es : “yo estoy preparado y alerta”, y cómo se envía este mensaje, explica, mediante estrategias de imagen combinadas con simples pero potentes técnicas de seguridad.
La forma de caminar es una de ellas, así como la forma de observar o visualizar el entorno, indica el experto. Además, la forma en que se lleva la cartera, funda, bolso o maleta es también observada por maleantes.
“La forma en que actuamos ante alguna sospecha de robo es vital. Todas esas actitudes que a los ojos de la mayoría de las personas son invisibles, para el delincuente son líneas rojas, las cuales no cruzará en caso de que sepamos enviar nuestro mensaje subliminal”, enfatiza.
No obstante, Orlando Jácome, jefe de Operaciones de la Policía en Guayas, sostiene que quienes presentan las denuncias lo hacen generalmente cuando pierden un documento importante o para cobrar el seguro de los celulares ; pero cuando se detiene en delito flagrante al delincuente, el perjudicado –relata– se conforma con que le regresen sus pertenencias y prefiere no reportar los casos.
Aunque hay casos de hurto (robo sin violencia) que sí son denunciados oportunamente, como ocurrió con Gino Barros Peralta, quien fue blanco del robo de un bolso que contenía varios equipos técnicos pertenecientes a la empresa Trans Electric. Según la denuncia presentada ante la Fiscalía el martes anterior, el robo se dio en instantes en que Barros se encontraba en su vehículo y se detuvo en la intersección de las calles Ayacucho y Av. Quito.
Dos sujetos, de tez morena, estatura baja y delgados, metieron sus manos por la ventana del automotor y se sustrajeron el maletín, para luego huir con rumbo desconocido.
En la Fiscalía, donde los casos se llevan a juicio y hay detenidos, se reportaron doce hurtos por arranchadores entre el 1 y 10 de mayo del presente año. Sin embargo, la mayor parte de las denuncias se presenta ante las Comisarías de Policía, donde las quejas quedan muchas veces solo como constancia de la pérdida.
Según datos de las Comisarías, más del 65% de los atracos se comete en las zonas de la Av. 9 de Octubre, Bahía, Mercado Central y el cuadrante del parque La Victoria. Otro de los sitios atractivos para ese tipo de delito es la ‘Bahía’.
Las 17 hectáreas con 6.648 puestos que generan un intenso movimiento económico y de personas en ese punto de la ciudad, se convierten en trincheras para los arranchadores.
Mujeres comandan banda en ‘La Victoria’
Los comerciantes de los alrededores del parque La Victoria manifestaron que los arranchadores se han convertido en una "epidemia" y que actúan en bandas en las que cada miembro juega un papel definido a la hora de cometer el robo. Identificaron a tres mujeres que estarían al frente de estas bandas.
Los denunciantes, que prefirieron no revelar sus nombres, dijeron que los asaltantes, todos de mediana edad, se dedican a robar, venden el botín y el dinero es entregado a las mujeres, quienes protagonizan peleas por la hegemonía del territorio.