Valiente, de carácter fuerte, un ejemplo de talento y constancia, así es la pesista Neisi Dájomes, quien con 18 años es la deportista más joven de la delegación ecuatoriana en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. La oriunda de Puyo (provincia de Pastaza) compite hoy, a las 10:30, en los 69 kilogramos.  

A Dájomes no le importa el dolor, el cansancio ni las largas horas de entrenamiento, porque su sueño es ser una de las mejores exponentes del mundo en levantamiento de pesas y escuchar el himno  nacional de Ecuador en unos JJ.OO.

Practica esta disciplina desde los 11 años. Su hermano mayor, Xavier Palacios, se dedicaba a las pesas y ella por curiosidad decidió entrenar con él en el gimnasio de la parroquia Shell (Pastaza) sin pensar que esta sería su pasión. Entre los 11 y 12 años ganó los torneos nacionales, escolares e impuso récords en cada participación.

En su primer evento internacional, a los 13 años fue octava en el Mundial prejuvenil de Perú y a los 14 logró una presea de plata en el Mundial prejuvenil de Eslovaquia Un año más tarde se proclamó campeona mundial sub-17 en Uzbekistán, en 2013. Dájomes siempre compitió contra rivales de mayor edad.

En 2014, en Kazán, Rusia, se adjudicó la medalla de plata en la modalidad arranque. En 2015 alcanzó la de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto e intervino por primera vez en un mundial senior, ubicándose en el puesto 10. En Georgia 2016 fue la segunda participación de Dájomes en un torneo planetario juvenil. En ese certamen  ganó 3 preseas de oro (total 230 kg). Ese certamen es la competición más dura que tiene la disciplina, ya que, a diferencia de los JJ.OO., los países pueden presentar varios adversarios por categoría.

Se clasificó a los Juegos Olímpicos de Río a los 17 años. La deportista consiguió la marca A el 26 de noviembre del año pasado, en el Campeonato Mundial Absoluto de Houston, al levantar 233 kg.  

Los padres de Dájomes son colombianos, sin embargo, ella nació en Ecuador y promete dar la vida por el país. Se considera la mezcla perfecta. A los 11 años tuvo que dejar su hogar para dedicarse por completo a esta práctica deportiva. Ella fue a vivir junto con su hermana Paola Palacios en la casa de su entrenador Walter Llerena. A diferencia de sus parientes cercanos, Dájomes tiene los apellidos de su madre Orfelia.       

“Yo veía cómo mi hermano mayor practicaba todas las tardes alzando pesas, entonces quise acompañarlo para ver cómo lo hacía. Allí los entrenadores Mayra Hoyos y Walter Llerena me indicaron si quería entrenar, entonces acepté”.  

Dájomes empezó con una escoba. “A la semana siguiente ya me pusieron una barra de 10 kg, y estaba muy feliz porque iba aprendiendo más sobre la técnica que se utilizaba en este deporte”.    

La pesista casi se retira de esta actividad por escuchar a personas cercanas a ella. “Algunas de mis amigas me dijeron: Neisi se te va hacer feo el cuerpo, vas a parecer hombre, te vas a quedar patucha, etc. Yo llegué a creerles, por lo que me retiré como 15 días. Mi entrenadora fue a buscarme y me convenció de que siguiera practicando”.

El objetivo es lograr una medalla en Tokio 2020. “En levantamiento de pesas los procesos no deben apurarse, Neisi tiene 18 años y su futuro es promisorio. Para los Olímpicos nuestra proyección es ubicarnos entre los 8 mejores, esa será la gran meta. Y en él está la medalla olímpica para 2020”, dijo Llerena. (I)

El especialista

Julio Idrovo, expesista ecuatoriano  

Ella es una proyección para  Tokio 2020 

Neisi Dájomes es una deportista de proyección, y como tal ha venido demostrando un gran crecimiento durante su madurez deportiva, tanto en los eventos mundiales como  continentales. El año pasado, al ser medallista panamericana, afirmó su temple en este tipo de eventos. Creo, dentro de las expectativas de Neisi, que es una proyección para el próximo ciclo. Si los resultados fueran positivos, ella posiblemente pudiera estar en un top ten o dentro de los 12 mejores deportistas en estos Juegos de Río.

Ahora, si sucediera lo contrario, Ecuador sigue ganando, porque tendrá una deportista que a su corta edad va adquiriendo la experiencia necesaria para llegar a Tokio 2020.

Neisi es una de las mejores exponentes a nivel mundial juvenil. Creo que para su preparación y participación en torneos  debe tener un apoyo especial, es un diamante que se debe ir puliendo. Hay que darle estabilidad, tanto en el ámbito social, económico y de sus entrenamientos, así como a su equipo multidisciplinario. Es conveniente que  luego de estos Juegos se siente con sus entrenadores y equipos para crear una estrategia hasta 2020, donde pueda desarrollar sus capacidades. Pienso que sumar a la gran experiencia que va teniendo Walter Llerena (entrenador) y la profesora Mayra Hoyos, podría incorporarse el ruso Alexis Inatov al equipo nacional, eso le daría un apoyo dentro de la parte técnica.

Recordemos que el trabajo dentro del levantamiento de pesas tiene que ver mucho con la parte técnica, tanto en el arranque como en el envión. Al ser un deporte donde la explosividad y los segundos cuentan, la técnica también es un baluarte muy necesario para que puedan sumarse kilos y llegar a 2020 con el mayor performance, y que la deportista obtenga mejores resultados.

Neisi tiene una gran historia que debe ser contada, ella estuvo practicando en Shell (Puyo) con sus entrenadores Hoyos y Llerena. Walter tiene un grupo de niñas con un gran futuro a quienes se les debe apoyar.

La deportista es un ejemplo de perseverancia, es inteligente y centrada. Encima de todo este apoyo y acompañamiento que le han dado en Shell creo que el proyecto del Ministerio del Deporte es muy favorable para los atletas, ellos pudieron aprovechar e ir creciendo día a día. Por eso es importante cuidar el alto rendimiento, demostrar que  está dando resultados y que es solo el inicio de esta iniciativa.

Las nuevas generaciones, cuando lleguen al alto rendimiento, no tendrán que pasar por lo que pasamos nosotros. (O)

Datos

La prueba está formada por dos eventos: arranque y envión.

En el primero, los competidores deben levantar una barra con peso desde el suelo hasta encima de la cabeza y aguantarla por lo menos por dos segundos. En envión, el movimiento se divide: primero, el atleta sube la barra del suelo hasta la altura de los hombros y después la coloca encima de la cabeza. Se permiten 3 intentos.

Gana el que levante más peso en la suma de estos intentos. Tres árbitros observan si el cuerpo del atleta está completamente derecho y si la barra esta inmóvil al final del movimiento. Los atletas compiten en 15 categorías de peso corporal: ocho para hombres y siete para mujeres.

Se consolidó como deporte individual y, a partir de Amberes 1920 formó parte del programa olímpico. Las mujeres comenzaron a competir en los Juegos de Sídney 2000.