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Caos en cárceles es causado por reos que luchan por el control

Los familiares de las personas privadas de la libertad estuvieron afuera durante los altercados que en la cárcel de Esmeraldas empezaron el sábado.
Los familiares de las personas privadas de la libertad estuvieron afuera durante los altercados que en la cárcel de Esmeraldas empezaron el sábado.
Foto: Cortesía Gobernación de Esmeraldas
07 de junio de 2018 - 00:00 - Redacción Justicia

El privado de la libertad César Vernaza Quiñónez, sentenciado a 25 años de reclusión por asesinato, supuestamente inició los disturbios que terminaron con un interno muerto en el Centro de Rehabilitación Social (CRS) Regional de Latacunga, provincia de Cotopaxi.

El ciudadano, quien el año pasado sumó otra condena de ocho meses de prisión por ingresar objetos prohibidos a la cárcel, estaba en el pabellón de máxima seguridad y presuntamente motivó a otros internos a amotinarse.

Lenin Bolaños, jefe de Estado Mayor de la Policía Nacional, reveló que Vernaza tenía información de la activación de los inhibidores de señal celular y con otros reclusos quemaron enseres.

En las instalaciones hubo destrucción de puertas, cámaras de seguridad, robos de alimentos en el economato (tienda dentro de los penales). Además secuestraron a dos guías penitenciarios.

Vernaza, según la página web de la Función Judicial, también está procesado por extorsión, asociación ilícita, tenencia ilegal de armas de fuego y otra muerte violenta.

En 2012 fue apresado en Esmeraldas y posteriormente llevado a la ahora desaparecida cárcel de Guayaquil -conocida como “La Roca”- de donde se fugó en 2013 con otros 17 internos.

Todos fueron recapturados. Vernaza “cayó” dos meses después en Colombia, pues tenía difusión roja de la Organización Internacional de la Policía Criminal (Interpol).

César Demar Vernaza Quiñónez era conocido en el mundo criminal como “El Empresario” y como líder de la banda “Los Templados”. Esta supuestamente tenía nexos con el narco mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Liliana Guzmán, viceministra de Atención a Personas Privadas de Libertad, del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, precisó que se han activado inhibidores de señal en las cárceles de Guayaquil, en Turi (Cuenca) y Portoviejo (Manabí).

En la segunda de estas debieron colocar 13 dispositivos, pues está ubicada cerca de una montaña en la que se levantan las antenas repetidoras. En el caso del penal “El Rodeo”, en Portoviejo, el inconveniente fue con la población, pues los inhibidores afectaban la comunicación en los alrededores.

“Tuvimos observaciones de Arcotel y debimos disminuir la potencia para reducir el rango de inhibición”.

Motín en Esmeraldas
En la cárcel de Esmeraldas, en cambio, hubo tres muertes y 23 heridos. El altercado supuestamente se generó por riña entre dos grupos delictivos y la negativa de los internos ante traslados a otros recintos penitenciarios.

174 personas privadas de libertad que purgaban sus penas en la provincia del norte de Ecuador llegaron al Centro de Rehabilitación Regional de Guayaquil.

Gina Godoy, coordinadora Zonal 8 del Ministerio de Justicia (Guayaquil, Durán y Samborodón), señaló que las estrategias de seguridad que se implementarán son reservadas y respetuosas de los derechos humanos. “Cuando hay un hecho violento siempre hay un contingente de respuesta que aplica el uso progresivo de la fuerza”.

Liliana Guzmán manifestó que la cárcel de Esmeraldas sufrió graves daños, sobre todo un pabellón construido en 2017 y ocupado en septiembre de ese año.

“Están completamente destruidos. Dañaron los sanitarios, las puertas, cerraduras. Los internos entraron a la cocina y se sustrajeron los tanques de gas”.

Por este caso hay dos guías penitenciarios detenidos, pues presuntamente participaron en los disturbios.

La funcionaria detalló que agentes de las Fuerzas Armadas colaboran temporalmente con la seguridad  externa. Esta es responsabilidad de la Policía Nacional, pero están ayudando con el control interno.

“Es difícil vigilar a 38.000 personas que han cometido diversos delitos, algunos hasta cabecillas de bandas de alcance internacional”, enfatizó.

Mauro Toscanini, ministro del Interior, desmintió que estos hechos de violencia estén relacionados a los detenidos vinculados a la banda de “Guacho”. Además aseguró que la escasez de guías penitenciarios dificulta el control. (I)

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