En las redes sociales y en su correo se identificaba como ‘Lobo Feroz’, en alusión al personaje del cuento infantil.

Se llama Juan Carlos Sánchez Latorre. Nació el 13 de septiembre de 1980 en Barranquilla (Colombia) y su nombre quedará marcado como uno de los peores criminales de ese país.

Sánchez violó a 500 menores. Una de sus últimas víctimas tenía 14 meses de nacida y los demás, entre ocho y 14 años, informó Jorge Vargas, jefe de la Policía de Investigación Criminal (Dijin), a Semana.

Aparentaba una vida como la de cualquiera. Tecnólogo de sistemas, trabajaba en una empresa de cómputo. En marzo de 2008 fue encarcelado, sindicado de acceso carnal abusivo y acto sexual con una menor, de 14 años.

Inexplicablemente, en noviembre de ese mismo año un juez lo dejó en libertad por vencimiento de término a pesar de la contundencia de las declaraciones y las pruebas.

Desde 2005 se reportaron 50 violaciones a menores y en seis se identificó a Sánchez.

En los siguientes años, pero en la Costa, aparecieron otras decenas de denuncias, sin embargo, las trataron como casos aislados.

En julio de 2011, su rastro volvió a aparecer en lugares inesperados.

En México, las autoridades detuvieron a un hombre conocido como ‘Anthony’, quien intercambiaba correos, chats, videos y fotografías con un usuario en Colombia. La brutalidad de las imágenes dejó impactados a los detectives.

En Colombia la información estaba encriptada. Cuando los agentes lograron obtenerla descubrieron una carpeta que contenía 276 fotos de niños desnudos. Un segundo archivo era más aterrador: videos, de entre dos y cinco minutos de duración, en donde aparecía ‘El Lobo’ abusando de ellos. En muchos se oían gritos, lamentos, súplicas. Este material era del 2008 a 2011.

En los chats, Anthony llamaba a Sánchez, como estimado Lobo Feroz. Ambos comentaban cómo engañaban y sometían a los chicos. El colombiano decía que les pegaba y amenazaba, mientras el mexicano contaba que los golpeaba casi hasta la muerte para que ‘cogieran miedo’.

Los ofrecía en ‘catálogo’
Sánchez buscaba a sus víctimas en centros comerciales o locales de juegos de video frecuentados por menores. Allí, con su celular les tomaba fotos. También captaba imágenes de jovencitos en barrios marginales y cerca de su casa.

Como si se tratara de un catálogo, las enviaba a Anthony, en México. Este le indicaba a cuál seleccionar y el valor que le pagaría.

Una vez elegido, el Lobo salía a buscarlos. Aprovechando su afición a los videojuegos, charlaba con ellos y se ganaba rápido su confianza.

En el centro comercial Metrocentro de Barranquilla, a diario iba al local hasta tres veces, dijo un exempleado. Solía pagarles los juegos a niños de la calle, lo conocían como ‘El Lobo’.

“Los persuadía de ir con él a jugar a su casa. Una vez allí, les ofrecía entre 2.000 y 5.000 pesos por dejarse fotografiar desnudos.

Al negarse los amenazaba y usando la fuerza los sometía y abusaba sexualmente de ellos”, explicó a Semana, uno de los investigadores del caso, de la Dijín.

Los días pasaban y no era encontrado, pues ni siquiera tenía cómplices, todo lo hacía solo. Por cada video que enviaba a México, recibía entre  $ 100 y $ 400.

Las pistas se aclararon cuando un joven de 18 años lo reconoció en una foto que le mostraron unos agentes.

El testigo contó que fue atacado en 2005, cuando tenía 12 años. “Nunca se me va a olvidar lo que me hizo. Si pueden, mátenlo”, les dijo.

Él los contactó con otras cinco víctimas, una de ellas mostró la casa donde vivía, pero ya no estaba ahí. Pero descubrieron que hablaba con sus familiares y rastreando las llamadas lo localizaron en Maracaibo, Venezuela, donde residía desde inicios de 2017.

Aún no confirman si atacó a menores en ese país. (I)

El ‘Lobo Feroz’ Juan Carlos Sánchez, detenido.