El presidente del Parlamento venezolano, Jorge Rodríguez, anunció que Nicolás Maduro contrató bufetes de abogados tanto en Estados Unidos como en El Salvador para defender a más de 200 venezolanos deportados recientemente por EE.UU. y enviados a una prisión en territorio salvadoreño.

Rodríguez calificó esta situación como un "secuestro" y afirmó que los migrantes cumplieron con los requisitos migratorios estadounidenses, por lo que exige su liberación.

También denunció que el Departamento de Estado de EE.UU. estaría bloqueando las operaciones de repatriación, pese a que Venezuela se declara lista para recibir a sus connacionales.

En paralelo, el gobierno venezolano celebró el retorno de 311 migrantes desde México, entre los cuales se encontraban 21 menores no acompañados.

Según el ministro de Interior, Diosdado Cabello, la mayoría de estos niños tiene familiares en Venezuela que los esperaban para llevarlos a sus hogares.

Cabello agradeció al gobierno mexicano por su colaboración y enfatizó que ninguno de los repatriados pertenece al grupo criminal Tren de Aragua, contradiciendo acusaciones previas de Estados Unidos, que ha señalado a miembros de dicha organización como objetivos de deportación.

Desde febrero, un total de 919 venezolanos han sido repatriados en cinco vuelos procedentes de México y de la base militar de Guantánamo. De estos, 18 tienen asuntos pendientes con la justicia venezolana. 

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