El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con imponer aranceles radicales a México y Canadá como parte de su esfuerzo para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas.

Sin embargo, dos días después, afirmó haber hablado con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien habría acordado con él "detener la migración a través de México", lo que Trump interpretó como un cierre efectivo de la frontera sur de Estados Unidos.

Esta conversación fue calificada por Trump como "muy productiva".

Sheinbaum confirmó la conversación, pero destacó que la postura de México no era cerrar fronteras, sino continuar con su estrategia integral de atención al fenómeno migratorio, respetando los derechos humanos.

La mandataria detalló que México atendió a los migrantes antes de que llegaran a la frontera norte para evitar las caravanas.

Además, se discutió la cooperación en temas de seguridad y la lucha contra el consumo de fentanilo.

Aunque no se especificó cómo afectaría este diálogo los planes de Trump de imponer los aranceles, se sabe que la cooperación mexicana es clave para reducir la migración ilegal a través de la frontera sur, un esfuerzo que también es respaldado por la administración Biden.

Según las autoridades estadounidenses, las llegadas de migrantes cayeron un 40% desde diciembre, lo que se atribuye a las acciones de México para frenar el cruce de migrantes.