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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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River, el tercer “grande” que desciende a la “B”

El descenso de River Plate a la segunda división del campeonato argentino no es, como suele ocurrir, el desenlace de una mala campaña. En el caso del club argentino, diversos factores se han conjugado para llegar a esta conclusión.

Fue el golpe más duro en la historia del club. El mítico River  descendió el pasado domingo al torneo Nacional “B” tras el empate 1-1 frente a Belgrano, que a su vez ascendió a la máxima categoría.

La decepción dio paso a la violencia: 68 heridos, 50 arrestos y 15 vehículos destruidos fue el saldo de los disturbios. La cólera estuvo a la altura de la celebridad del club que ha sido 33 veces campeón de Argentina, ganador de dos Copas Libertadores y una  Intercontinental.

Los seguidores del “Millo” tienen  dificultad en aceptar la caída, y es que nunca antes se vivió algo comparable en 110 años de vida del club. Simplemente es difícil aceptarlo cuando el equipo terminó la temporada entre los cinco primeros, pudiendo incluso clasificarse a la Copa Sudamericana.

El sistema implantado hace que el descenso se defina sobre la base de la media de puntos de las tres últimas campañas. River paga así sobre todo su mala puntuación de la temporada 2008-2009.

En el fútbol “gaucho” no descienden los últimos en la tabla. En 1982 se instauró un sistema de promedios que suma los puntos de las 3 últimas temporadas jugadas y lo divide por la cantidad de partidos jugados. Se castiga al que viene haciendo las cosas mal durante tres torneos. Este entramado, que tiene poco de justicia y lógica deportiva, se creó justamente para salvar a River y Boca.

Ambos clubes penaban entonces en las últimas casillas. El “Millo” terminó penúltimo al cierre del torneo en 1983. Según el sistema tradicional de descensos, hubiera ido ya entonces a la “B”.

Se buscó de este modo proteger a los “grandes” (Boca, River, Racing, San Lorenzo, Independiente), ya que es difícil que en 3 temporadas estos no logren una buena cosecha de puntos. A su vez, perjudica al recién ascendido, ya que tiene que hacer una  buena campaña apenas llegado a Primera.

En 1981 San Lorenzo fue el primer “gigante” en perder la categoría, y en 1983 Racing se fue a la “B” a pesar del sistema de promedios. También es difícil aceptar que el club haya vendido a Europa jugadores tan brillantes y cotizados en los últimos años y que ahora se encuentre casi en la quiebra.

Paradójicamente el “millonario” (por pagar los contratos más suculentos y atraer a los mejores jugadores del país) está ahogado en deudas. Eso, por repatriar jugadores como Juan Pablo Carrizo, Ariel Ortega, Mariano Pavone y conservar algunos “maduros” de la talla de Matías Almeyda (37 años), Alexis Ferrero (32), Paulo Ferrari (29) y Carlos Arano (31).

Ahora, además perderá los ingresos por derechos de televisión que lo mantienen a flote.

River recibía unos $ 10 millones por el acuerdo actual de derechos de televisión que firmó la Asociación del Fútbol Argentino con el gobierno, en el programa Fútbol Para Todos (transmisión gratuita de los partidos del campeonato). Al descender a la “B”, ese ingreso caerá a poco más de un millón.

La mala gestión, en especial del presidente José María Aguilar, predecesor de Daniel Passarella; la actividad de empresarios poco escrupulosos, la presencia de grupos violentos y una caótica política de fichajes han sido  elementos decisivos en el derrumbe del club.

Y si los hinchas de River se lamentan por la situación, no cabe duda que el resto de los equipos ven con malos ojos un descenso que devalúa el valor del torneo argentino. Sin hablar del gobierno de Cristina Kirchner, que hubiese preferido evitar disturbios y descontentos justo en la semana en que anunciaba su candidatura para la reelección. Sin duda que la caída de River arrastra mucho lastre.

En lo deportivo, ayer se anunció que Juan José López renunció al cargo de entrenador de River.

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