Neymar tuvo ayer una sesión de trabajo redoblada y fue el centro de todos los ataques de Brasil en el entrenamiento, perfilándose como la llave para abrir el camino del gol en el cotejo de mañana (15:00) ante Paraguay por los cuartos de final de la Copa América.

La figura del Santos jugó  mucho más centrado de lo habitual por orden del seleccionador brasileño, Mano Menezes, que claramente pretende colocarlo más cerca del área para aprovechar su velocidad y habilidad en el remate y superar así la férrea defensa paraguaya, que en el partido de la primera fase le creó  dificultades.

Menezes hizo trabajar a Neymar en el desmarque,  regate en velocidad para deshacerse de sus marcadores y, especialmente, en dar el último pase a sus compañeros, a los que les insistió a desmarcarse con diagonales.

Neymar siempre estuvo vigilado de cerca por algún defensa, en especial por el barcelonista Adriano Correia, para que se acostumbre al duro marcaje que pretende organizar Paraguay mañana.