El británico Lewis Hamilton (McLaren) ganó ayer  en Shanghai el GP de China de F-1, tras una gran remontada final que dejó segundo al líder del Mundial, el alemán Sebastian Vettel, mientras que el otro Red Bull, el australiano Mark Webber, fue tercero.

El mexicano Sergio Pérez (Sauber) y el venezolano Pastor Maldonado (Williams) terminaron una dura carrera en decimoséptima y decimoctava posición, en ese orden.

Con este triunfo, Hamilton, segundo de la general, se acerca a 21 puntos del defensor del título mundial, Vettel, triunfador en las dos primeras carreras de Australia y Malasia y que era el favorito en China, tras dominar los tres ensayos libres y haber conseguido el sábado la “pole”.

Vettel llegó a la parte final de la carrera en cabeza, pero Hamilton le adelantó a falta de cuatro vueltas y consiguió su primera victoria de la temporada, frente a su teórico gran rival por el título.

La clave en el desenlace final estuvo en la estrategia, ya que  el inglés optó por tres cambios de neumáticos, por dos de Vettel, que intentó aguantar hasta la meta con los suyos, a pesar de la degradación, lo que permitió a Hamilton pasar a comandar la carrera y finalmente ser el vencedor. “Ha sido excepcional. ¡Muchas gracias!”, gritó el inglés desde su monoplaza, tras cruzar la línea de meta. “Has estado absolutamente magnífico”, le respondieron desde los boxes de McLaren.

El hasta ahora dominio incontestable de Vettel se ve momentáneamente frenado y el Mundial adquiere  un aliciente extra, a pesar de la gran diferencia, muy elevada,  que separa todavía a Vettel y Hamilton en la clasificación, cuando se llevan sólo disputadas 3 carreras.

La tercera posición fue para Webber (Red Bull), que firmó una carrera magistral y consiguió acabar en el podio después de su decepcionante actuación  en las clasificaciones, que lo había relegado a la decimoctava posición en la grilla. El fin de semana del 6 al 8 de mayo se correrá en Estambul, el GP de Turquía.