El Madrid se corona como Rey
El Real Madrid acabó con su sequía de títulos y lo hizo ganando uno que se le resistía desde 1993. Los “blancos” vencieron 1-0 al Barcelona en la final de Mestalla, gracias a un tanto del portugués Cristiano Ronaldo.
El partido tuvo un dueño en cada parte y cualquiera de los dos pudo llevarse el trofeo. Los dirigidos por José Mourinho castigaron en la contra a un Barça que tuvo el balón, pero no supo convertirlo en gol.
La marcha de clásicos españoles sigue. Luego del 1-1 por el partido de Liga, llegó el que dejaría como ganador de la Copa Su Majestad al Madrid; ahora se vienen los dos por “semis” en Champions.
Como se había anticipado, para la final los aficionados catalanes silbaron fuertemente durante el himno español en el protocolo previo al partido, mientras que los madridistas mostraron respeto.
El juego arrancó caliente, tanto que el juez Undiano Mallenco cobró dos faltas en favor del Madrid y en ambas hubo muchas palabras entre los jugadores de los dos equipos.
Sobre el minuto 11 llegó la primera ocasión de gol. Mesut Özil le entregó un balón a Ronaldo, que remató a la salida de Pinto, pero su disparo fue evacuado por Javier Mascherano.
En los primeros 15’ el Real Madrid se mostró mejor, presionó y ahogó al Barcelona; pero no era contundente a la hora de atacar. Los catalanes por su lado mantuvieron su estilo, tocaron con calma y esperaron romper el bloque defensivo de “Mou”.
El partido fue cortado, hubo muchas infracciones, por lo que ninguno de los dos equipos encontró el dominio de la pelota.
Al 26’ llegó la primera amarilla del encuentro y fue para Pepe. La segunda amonestación se la sacaron al delantero “culé” Pedro, a los 34’.
Al 36’ “CR7” volvió a tener en sus pies la apertura del marcador, pero su remate fue contenido por Pinto.
En los últimos minutos del PT reaccionó el Barça, que se acercó al arco de Iker Casillas, pero no generó real peligro.
Sobre los 44’ Pepe tuvo la tercera ocasión de gol madridista. El portugués cabeceó un centro de Ramos, pero éste se estrelló contra el vertical derecho del arco.
Para el segundo periodo los equipos saltaron al campo valenciano con los mismos jugadores que arrancaron el encuentro. Los 10 primeros minutos tuvieron un desarrollo diferente. Barcelona arrancó mejor, tocaba, buscaba y al 51’ llegó el primer tiro al arco, que fue obra de Pedro.
Al 59’ Undiano mostró la tercera amarilla del cotejo, fue para Xabi Alonso. Lionel Messi, a los 63’, también vio la cartulina amarilla.
El dominio siguió siendo catalán, el Real no presionaba y con espacios el equipo de Josep Guardiola se mostró más tranquilo y con más posibilidades de exponer su fútbol.
Al 68’ Pedro recibió un pase en profundidad de Messi y definió bien a la salida de Casillas. El balón terminó en el fondo de la red, pero la jugada fue anulada por un apretado fuera de lugar del ariete “culé”.
La primera sustitución en el Madrid se produjo a los 70’. Ingresó Emmanuel Adebayor y se retiró Özil. Pocos minutos después, el atacante togolés fue amonestado por un supuesto golpe a Mascherano.
Barcelona se acercaba. Messi y Pedro exigieron más que en el PT a Casillas, que respondió de la mejor manera en las dos ocasiones. Al 85’ Ángel Di María vio la amarilla.
El partido se disputaba en el campo del Madrid, Barcelona buscaba, intentaba, construía, mas no podía vulnerar al capitán “blanco”.
Cuando el dominio barcelonista era clarísimo, el Madrid armó un veloz contragolpe que terminó en los pies de Di María, quien remató desde el borde del área, obligando a Pinto a volar espectacularmente para sacar la pelota al tiro de esquina.
Terminó el tiempo reglamentario, por lo que se fueron al alargue. El Barça mantuvo el control de la pelota, mientras que los madridistas lucían más agotados. Al 98’ Cristiano aprovechó una desconcentración de la defensa y remató rastrero. Su tiro se fue afuera por pocos centímetros.
Al 103’ llegó la apertura en el marcador. Dí María se juntó con Marcelo en una pared que terminó con un centro del argentino. Apareció Ronaldo para cabecear y provocar el grito de ¡GOL!, que la afición “merengue” celebró con tanta euforia que hizo temblar al Mestalla.