De la Parada 9 a la selección
“Ya lo pasado pisado, como dice la canción. Ahora solo tenemos que pensar en Paraguay. Nosotros debemos vivir nuestro presente, que comienza el domingo (mañana), a las 16:30”, así de suelto se expresa el central Fricson Erazo, quien prefiere pasar por completo la página del último partido que disputó la “Tri” en tierras ecuatorianas -en el que cayó ante la Sub 22 de México en el Atahualpa- y centrarse en lo que será el debut de la selección nacional en la Copa América.
Es que el jugador de El Nacional tiene el ánimo a mil, dice que “por las ganas de estar”, su molestia -tenía inflamados los ganglios al nivel de la ingle- ha evolucionado con rapidez. “Ayer (jueves) por la tarde ya hice fútbol.
Hoy (ayer) realizaré unos ligeros trotes y de ahí a entrenar. La gente me pregunta si es que a principios de año me veía en la selección y yo respondo que sí, yo sabía de lo que era capaz y lo hice”, manifiesta el esmeraldeño.
Erazo es uno de los elementos más jóvenes del equipo de Reinaldo Rueda, tiene solo 23 años -debutó en 2007 con Ever Hugo Almeida en El Nacional- y ya es considerado como uno de los titulares en la zaga “tricolor”. Así se lo ha visto en los últimos partidos amistosos que ha efectuado Ecuador.
Confiesa que el fútbol siempre ha estado “incrustrado” en él, desde cuando era “peladito” y salía a pelotear en Esmeraldas. “Bueno, yo me crié en el barrio Nueva Esperanza Norte, Parada Nueve. Con Walter Ayoví y Néicer Reasco nos conocemos desde ahí y por eso, si bien es cierto acá (en la selección) no hay otros jugadores de El Nacional, me siento como en familia. El habernos conocido en el barrio es más importante que actuar en el mismo club”, asegura.
Al tocarle el tema de su infancia, enseguida rememora que su barrio era “peloterísimo”. “Recuerdo todas las canchas que hay allá, y eso que son hartísimas, ja, ja, ja. A unos 50 metros de mi casa hay una y siempre iba. En ese tiempo era un campo de cemento con dos arquitos pequeños. A veces, cuando se los llevaban, poníamos dos piedras para amagar. En esa época lo veía jugar a Walter porque él ya era profesional, estuvo en Emelec, en Barcelona…. Siempre fue un privilegio que, cuando estaba de vacaciones en Esmeraldas, se metiera a la cancha del barrio y que jugara junto a mí”, expresa.
¿Pero cómo sale Fricson de Esmeraldas y llega al “Nacho”? “No muchos lo saben. La verdad es que mi papá (Rafael) cumplía funciones en el Congreso Nacional en Quito, entonces él me invitó a pasar vacaciones allá y sin darme cuenta me vi vinculado en el tema del fútbol de una manera más seria. Me probé en El Nacional y tuve la oportunidad de quedarme. El primero que me recibió fue el profesor Ávila en la Sub 17 y de allí no he parado”, comenta.
Con Erazo es muy fácil hablar, se declara “conversón” y le confiesa a FANÁTICO que en sus inicios nunca pensó ser zaguero central. “Nooo, para nada. Yo jugaba de delantero o de enganche, pero sin darme cuenta me vi en la parte de atrás, puesto que me gusta”, reconoce.
Quizá por eso es que de vez en cuando se lanza un par de gambetas en la defensa. “Ja, ja, ja, eso siempre queda, en ciertas circunstancias es arriesgado, pero cuando uno, como yo, tiene la convicción de que te van a salir bien, simplemente las haces. Yo quiero cambiar ese mito de que el central tiene que reventar la pelota, ir fuerte y sacarla del estadio como si fuera un home run en béisbol”, señala para luego “matarse” de la risa.
Sobre los defensas, agregó que Ecuador posee una zaga goleadora. “Achilier es un gran jugador, tiene muchas ganas, mucha energía. Por eso la otra vez se mandó un golazo con Emelec; lo mismo Checa, que sube a cabecear siempre que puede”, analiza.
Fricson no descarta desdoblarse al ataque si es que se le presenta la oportunidad: “Lo importante será subir a ganar el cabezazo tras los tiros libres o los córners, pero también está el tema que nos recalca mucho el profesor, que es el salir jugando y llegar al área, Rueda me dice que si tengo el convencimiento de realizarlo, que lo haga”.
Acerca del primer rival, afirma que Ecuador ya sabe cómo jugarle a Paraguay: “Vamos a tener la pelota al piso y trataremos de quitársela a ellos de los pies cuando la tengan”.
El acompañante en el centro de la defensa de Erazo sería Norberto Araujo, con quien no ha jugado muchos partidos. “Recién estuvimos juntos por primera vez ante México, pero en la liga ecuatoriana ya nos conocemos. Lo importante es que tanto él como yo nos hablamos, no existe eso de que porque soy joven no le puedo decir nada o darle alguna sugerencia. Él es un jugador muy profesional y eso ha permitido que haya una buena química”, señala.