Cardenales y su título histórico
El béisbol de las Grandes Ligas tiene ya a un nuevo campeón de la Serie Mundial con los Cardenales de San Luis, que lograron el undécimo de su historia, pero que ya ha pasado a ser el más especial y único de todos.
Nadie dentro de la organización se podía imaginar a principios del mes de septiembre que el equipo iba no solo a estar en la fase final sino a convertirse de nuevo en campeones del Clásico de Otoño con el irregular rendimiento que habían tenido hasta ese momento en la competición.
El veterano manejador de los Cardenales, Tony La Russa, que ganó su tercer título individual de Serie y el segundo con Cardenales, reconoció que no había manera de explicar bajo la lógica del deporte del béisbol lo que había sucedido desde septiembre.
“Estábamos a diez juegos y medio de los Bravos de Atlanta y solo nosotros fuimos capaces de centrarnos y salir a jugar al béisbol sin importar los resultados”, dijo La Russa después de haber concluido el séptimo partido de la Serie Mundial que ganaron 6-2 a los Vigilantes de Texas para proclamarse campeones.
La Russa, que cometió fallos importantes en el manejo del bullpen durante la Serie Mundial, dijo que la clave que hizo posible el triunfo final fue el carácter luchador que siempre mantuvo el equipo en momentos difíciles. Eso hizo posible que la Serie llegase al séptimo encuentro por primera vez desde el 2002 para que el abridor estelar Chris Carpenter y los héroes inesperados de David Freese, un tejano criado en San Luis, quien ganó el premio a Jugador Más Valioso (MVP) y Allen Craig volviesen a poner el bate oportuno y explosivo.
Carpenter (2-0) en la Serie Mundial y 4-0 en la fase final mantuvo su invicto en los cotejos postemporada como profesional con 9-0 y respondió en el momento decisivo, a pesar de ser la segunda apertura de su carrera que hizo con 3 días de descanso.
Craig, que llegó a la fase final para apoyar al equipo, acabó siendo decisivo junto a Freese en el ataque de Cardenales y ante la poca producción y luego lesión de Matt Holliday. Hasta el cerrador Jason Motte, que con sus fallos en el segundo partido impidió que el mexicano Jaime García hubiese logrado su primera victoria en la Serie Mundial, respondió y sacó los últimos tres “outs” de la final ante el delirio y celebración de los 47.399 aficionados que llenaron el Busch Stadium.
Los Cardenales, que han disputado 18 Series Mundiales, se consolidaron como el segundo equipo con más títulos de las Grandes Ligas, solo detrás de los 27 de los Yankees de Nueva York. San Luis, tras la noche “milagrosa” del sexto partido, que por dos veces sobrevivieron a un “out” para quedar eliminados, se convirtieron en el decimonoveno en la historia que remontan una desventaja de 2-3 en la Serie y el quinto comodín en ganarlas, primero desde los Medias Rojas de Boston, en el 2004.
Todo el logro final de los “Rojos”, lo alcanzó a base de espectaculares remontadas desde la recta final de la temporada regular para conseguir el comodín. Lo hizo primero ante la novena de los Filis de Filadelfia en la serie divisional y luego frente a los Cerveceros de Milwaukee durante la Serie de Campeonato.
Lo negativo es que los Vigilantes de Texas, que no habían perdido 2 partidos seguidos desde agosto, fueron el segundo elenco en el Clásico de Otoño que se queda sin títulos por dos años seguidos, luego de que los Bravos de Atlanta lo hicieran en 1991 y 1992.