Zavala quiere que los gays tomen el “plan adecuado”
“ Eh, Jesús me dijo/ que me riera/ si el enemigo me tienta en la carrera/ y también me dijo/ no te mortifiques/ que yo le envío mis avispas pa’ que lo’ piquen/ es verdad”. Difícil encontrar una mejor canción para la entrada de un pastor evangélico que aspira llegar a la Presidencia de la República. Y quizás Nelson Zavala, candidato por el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), ni lo sabía, pero la voz nasal de Juan Luis Guerra con su tema “Las avispas” lo esperaba en el Guasmo, al sur de Guayaquil.
Tres carros de lujo con vidrios ahumados le hacen la corte a su llegada a un pequeño local ubicado en el populoso barrio porteño. “Baja la música, baja la música”, ordenan desesperados los miembros del equipo de comunicación del postulante, porque es hora de la solemnidad.
“Este día es muy especial, porque el propósito de una campaña no debe ser simplemente palabras. Por muchos años hemos ayudado como cristianos al prójimo y en el Ministerio de los Pobres, que es uno que se va a crear con un programa que se llama ‘Ama a tu prójimo’ (...) En este caso abrimos este bazar que tiene en su rótulo el lema es mejor dar que recibir”, explica el candidato roldosista en la caliente mañana guayaquileña. A su lado, un joven afroecuatoriano agacha la mirada, se le nota nervioso, aunque feliz. Ese muchacho es Washington Perlaza, el primer beneficiario del plan solidario que plantea instaurar en el país el PRE en caso de ganar la Presidencia de la República.
Zavala se toma unos minutos en explicar que así como el local comercial que estaban inaugurando -en el que se venden útiles escolares, plásticos y artículos varios- se podrían abrir dos millones más a través del “voluntariado” de personas individuales y con la cooperación de empresas privadas.
Perlaza -quien en realidad estaba en representación de su amigo Nelson Moreira Ochoa- tiene una sonrisa más que amplia. Toma valor y se dirige a los presentes. “Quisiera agradecer por esta generosidad. Se debe fomentar este tipo de trabajo, con estas ayudas para poder salir adelante”, manifiesta el joven al tiempo que sujeta unos papeles y se dirige a Zavala para extenderle “mi hoja de vida (es comunicador social). Quisiera ver si de una u otra forma usted podría ayudarme para ejercer mi profesión”.
El pastor sonríe y toma los papeles, pero como para darle un mayor empujón al momento, Perlaza le dice directamente: “No deben haber barreras, ni discriminación para poder ayudarnos a nosotros, a los de nuestro género...”. La pregunta es inevitable: “¿Género? ¿A qué género te perteneces, Washington?”, se le consulta y él responde: “Soy gay”.
Todas las miradas, automáticamente, se dirigen hacia Zavala. Y esa reacción tiene su razón de ser. Más allá de lo comentado en lo que va de esta era preelectoral, cinco horas antes, en entrevista en Teleamazonas, el postulante del PRE había dicho que los homosexuales -calificándolos como personas con comportamientos antinaturales- “pueden cambiar y pueden ponerse en el plan adecuado”.
Pero, además -y este comentario hizo enardecer a la conductora televisiva María Josefa Coronel, quien minutos después terminaría abruptamente la entrevista- manifestó en vivo que “(los homosexuales) tienen que respetar, ellos están irrespetando su propio cuerpo, a Dios, en primer lugar, y a la sociedad. Si ellos con su cuerpo están haciendo cosas que van en contra de la propia naturaleza, entonces no podemos aceptar eso”.
Pero ahí estaba... junto a un homosexual y entregándole un local y convirtiéndolo en el primer beneficiario de uno de sus planes de gobierno más importantes en su carrera hacia la Primera Magistratura. “Esto es un acto de bondad. Él (Washington) es un ser humano como yo...”, por fin suelta Zavala.
Tomando como referencia lo dicho horas previas, se le pregunta si al beneficiario de su proyecto habría que enrumbarlo hacia el “plan adecuado”, como lo había dicho en Teleamazonas, es decir, y en buen romance, si hay que “deshomosexualizarlo”. A esto, el postulante no tarda en salir al paso: “Esa decisión la tendrá que tomar él personalmente. Mi misión es predicarle la palabra de Dios, él tomará su decisión. Si él no la toma, yo no le voy a quitar la ayuda”.
A continuación hay segundos de confusión, como para recuperar la postura después de la tensa situación. Pero Zavala insiste en el tema: “Entiendo que tú tienes -como lo has llamado- una preferencia sexual, lo cual, bueno, es tu forma de vivir. Tú conoces como cristiano, como yo pienso. Yo no te voy a obligar a nada, pero sí con amor te hablaré, te demostraré y tú tomarás tu decisión.
Desde luego, mi deseo es que Dios nos cambie a todos y nos lleve a su voluntad”, le dice el candidato a Washington mientras lo invita a sumarse a una oración conjunta en media vereda. Junto a Zavala está el joven beneficiario, Lenín Duque (candidato a parlamentario andino por el PRE) y Emilio Espinoza, dirigente roldosista.
Fotos van, abrazos vienen. Perlaza se cohíbe, pero relata su vínculo con el PRE: “Al pastor lo conozco hace dos meses. El intermediario fue mi amigo Nelson Moreira (quien, por cierto, también es homosexual). Ellos (los del PRE) nos convocaron para este proyecto y aceptamos”.
Al preguntársele si cree que a los gays se los puede curar, responde que “sí”. “¿Tú crees que en algún momento dejarás de ser homosexual?”, se le consulta y contesta: “No descarto nunca la posibilidad. Siempre he dicho que en cualquier momento Dios toque en mi corazón y cambie de personalidad”, sentencia Perlaza, sin inmutarse.
Las “avispas” se sueltan una vez más por los parlantes, el pastor/candidato se ha ido.