Miles de personas asistieron a cementerios
Miles de personas se congregaron hoy en los cementerios de Quito para recordar a sus seres queridos, a propósito del Día de los Difuntos. Según los reportes de administradores, los visitantes acudieron desde las 07:00, pero la concurrencia aumentó entre las 10:00 y las 12:00.
Luis Garrido, coordinador del Cementerio El Batán (norte), indicó que este domingo se ofrecieron dos misas campales en memoria de las personas fallecidas. El primer festejo religioso se ofreció a las 09:00 y el segundo, a las 12:00. Solo en estos dos actos hubo al menos 600 personas.
Además, se realizó la pre inauguración del bloque 22 del panteón. En el campo santo existen 6.816 nichos de cuerpo entero. El coordinador estimó que entre el jueves y hoy han acudido al menos 50.000 personas.
La Policía Metropolitana también apoyó en el control de los alrededores del cementerio. Los agentes, además de orientar a los conductores dónde podían estacionarse, vigilaron que los vendedores se instalen a lo largo de la calle De las Bugambillas, entre la avenida Eloy Alfaro y De los Laureles.
Esa disposición causó malestar a los comerciantes, quienes aseguraron que la nueva ubicación asignada no les ayudó en la venta de los artículos. Verónica Carrillo, vendedora, se quejó porque el año pasado tuvo mayores ganancias. "Los policías no nos dejaron salir a la calle principal. La gente nos compró menos", señaló la comerciante.
La misma inquietud tuvo Rita Díaz. La vendedora dijo que la administración ya no les permite expender flores naturales, sino de plástico o artículos como muñecos y rosas de foami, cruces de espuma flex o tarjetas. "A las personas no les gustan las flores artificiales", detalló.
En el cementerio Parque de los Recuerdos, en el sector de La Ofelia (norte), también hubo un flujo normal de visitantes. Henry Zambrano, subadministrador del lugar, aseguró que desde el lunes, al menos 1.000 personas acudieron a recordar a sus seres queridos. No obstante, la concurrencia se duplicó en los 3 últimos días.
Aunque el tumulto de la gente es un poco incómodo, no es impedimento para los visitantes. Sonia Mera llegó esta tarde para recordar a su hermana y a su madre quienes fallecieron hace 13 años.
"Es una tradición que me gusta seguir. Siempre las llevo en mi corazón, pero me gusta venir para ver sus tumbas", dijo la mujer.
Vigilancia de los agentes de seguridad
El control de la fuerza pública también se realizó sin mayores novedades. Un uniformado de la Policía Nacional indicó que se asignaron equipos en los cementerios de El Batán, San Gabriel y Monte Olivo al norte; Parque de los Recuerdos, Condado, Pomasqui y Cotocollao en la Delicia; San Diego, El Tejar y la Basílica en la zona centro; La Magdalena, la Villaflora y Chillogallo en el sur y los cementerios de Tumbaco, el Quinche, Cumbayá, Calderón, Conocoto y Amaguaña.
Para este año estaba previsto un contingente de al menos 500 efectivos, 30 vehículos, 30 motos, fuera de las winchas, radios para comunicación.
Garrido aseguró que un equipo de la Cruz Roja también se instaló en los alrededores del cementerio. Los paramédicos asistieron a varias personas que sufrieron desmayos a causa de la insolación.
En Guayaquil
En los cementerios de Guayaquil también hubo afluencia de miles de personas para visitar a sus seres queridos. En los exteriores de los camposantos, Cementerio General, Ángel María Canals (suburbio) y Jardines de Esperanza, se percibía el movimiento pese a las restricciones que surgieron para los automotores en las calles aledañas.
Los miembros de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) se encargaron de controlar y desviar los vehículos para preservar la integridad de los peatones que transitaron por las avenidas Pedro Menéndez Gilbert, Assad Bucaram y Felipe Pezo.
De igual manera, personal de la Policía Metropolitana estuvo pendiente de que los comerciantes informales -que también hubo en gran número- se limitaran a las aceras y parte de la calzada.
Dentro de los cementerios también hubo movimiento comercial. En el Ángel María Canals, por ejemplo, músicos, pintores y sobadores ofrecían servicios y productos desde $ 2.
Catherine Aguilar, habitante del suburbio, alquiló una escalera por $ 0,50 para llegar hasta la tumba de su padre ubicada a seis niveles por encima del suelo.
La ciudadana calificó de positiva que se hayan implementado escalinatas para acceder a las bóvedas más elevadas, “aunque igual toca alquilar escalera para llegar a donde quiero”.
En el Cementerio General, la asistencia fue masiva en la mayoría de las puertas de ingreso y varios corredores resultaron estrechos para que circularan las personas.