El papel que debe jugar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en materia de seguridad y defensa fue el tema central de la Séptima  Semana  Iberoamericana de Seguridad y Defensa que se inició ayer en Quito, con la participación de representantes de doce  países y expertos  en temas multilaterales. 

Javier Ponce, ministro de Defensa de Ecuador,  resaltó las acciones emprendidas desde la Unasur en términos de consolidar el Consejo de Defensa Sudamericano, al destacar que el trabajo es complejo cuando se trata de mantener una agenda de bien común.

“Durante esta reunión tuvimos el desafío de congregar a lo mejor de la academia  de América y Europa, convencidos  de que es necesario abrir espacios de discusión que nos permitan obtener resultados aplicables a la realidad de nuestros países”, manifestó el Ministro al resaltar que fueron  varios años en que la agenda  de seguridad fue multidireccional,  impuesta  desde agendas externas y “que en la práctica no ha favorecido a la solución de nuestros (región) problemas”.

A su criterio, ahora Latinoamérica ya no necesita juntarse para exaltar  las similitudes. “Ya es  hora de juntarnos  por las diferencias, porque en la medida que aceptemos en qué nos distanciamos, podremos acabar con las diferencias”.

Trabajo en la región

Para Juan Rial, experto uruguayo, los nuevos desafíos en la  aplicación de políticas en temas de seguridad se basan en las decisiones que se tomen desde organismos regionales, como una estrategia para cumplir un sólo objetivo, dotar de herramientas y una normativa general en temas de seguridad y defensa a la región.

Roberto Freire, jefe de Estado Mayor del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF.AA.), coincidió con los expertos al considerar  que los ejércitos son la herramienta de las naciones para mantener la seguridad y la defensa, no necesariamente para la guerra, sino para combatir amenazas comunes como el tráfico y el terrorismo.

Freire agregó que pese a conocer  de la implicación de las FF.AA. en términos de defensa regional, “debe quedar claro que las acciones que tomen  los estados o la región ante las nuevas amenazas  no  quiere decir que sean las FF.AA. la única institución que deba responder, ya que la  decisión del  empleo de los ejércitos  es evidentemente política y muestra de subordinación, al igual que las otras instituciones del Estado a la autoridad política.

Para Luis Saint-Pierre, especialista en agendas nacionales de seguridad, los estados deben dejar de percibir al terrorismo, el narcotráfico, la migración y otros como problemas sociales, porque deben ser considerados como síntomas de la ausencia de políticas nacionales o regionales que los combatan.

Hal  Klepak, del Colegio Militar de Canadá, agregó que los organismos multilaterales como Unasur se convierten en la herramienta idónea para plantear políticas grandes a nivel de los grandes; porque no es lo mismo ir a  Estados Unidos  un solo país a hablar de defensa, que si lo hace como un bloque o una región; en ese contexto, reiteró que se debe tratar el tema bajo una visión regional.

Hoy  se analizará los temas de gasto militar y crimen organizado.