Una nota sin verificación motivó atentado en Puná
Una de los relatos obligatorios en las aulas de las facultades de Comunicación Social en el mundo es la de la afamada adaptación radial del libro “La guerra de los mundos”, por parte -del aquel entonces desconocido actor- Orson Wells.
Los textos de historia indican que el 30 de octubre de 1938, el Teatro Mercurio recreó por radio, en Nueva York, la obra en donde se detalló la caída de meteoritos que posteriormente corresponderían a los contenedores de naves marcianas que derrotarían a las fuerzas norteamericanas usando una especie de “rayo de calor”.
Los hechos fueron relatados en formato de noticiero y provocaron el pánico general en Nueva York y New Jersey en donde las líneas telefónicas de las comisarías de policía estuvieron colapsadas.
La histeria colectiva demostró el poder de los medios de comunicación en el comportamiento de las masas, tema que aún sigue siendo analizado por los teóricos del ramo.
En Ecuador, un episodio muy similar ocurrió en 2009, guardando las diferencias en la cantidad de personas atemorizadas por un reportaje que fue elaborado a partir de fuentes mal seleccionadas.
El 22 de mayo de 2009, el periodista de Teleamazonas, Carlos Julio Gurumendi, presentó un reportaje sobre la supuesta afectación que tendría la pesca en Puná, por el lapso de seis meses, debido a la presencia de taladros de 1.600 toneladas de la empresa venezolana Pdvsa que había firmado un contrato con el Estado ecuatoriano para explorar gas.
En la nota aparecieron pescadores de la zona que “habían notado” que la pesca se había reducido en las últimas semanas y que suponían que se debían a los trabajos de búsqueda del recurso no renovable. En ningún momento durante los cerca de dos minutos que dura el reportaje se consultó a especialistas en temas hidrocarburíferos para conocer si en verdad con la exploración se podría afectar a la pesca de los isleños.
Dos días después de la emisión de este reportaje estaba previsto que los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Hugo Chávez, mantuvieran un enlace satelital desde Quito con los técnicos en el pozo de gas en Puná. Sin embargo, la inspección tuvo que ser cancelada porque cerca de 30 habitantes de la isla bloquearon el paso de los contenedores en los que Pdvsa transportaba las partes desarmadas del taladro que haría el trabajo de exploración.
En sus declaraciones, los protestantes indicaron que adoptaban esta medida porque en las últimas semanas conocieron, a través de los medios de comunicación, que su actividad laboral se vería perjudicada por la exploración de gas.
A pesar de que la toma de los taladros no terminó en actos violentos ni con heridos, el Gobierno nacional aseguró que esa protesta había significado un atentado contra el Estado, una vez que se impidió el trabajo en un sector en donde existen recursos de todos los ecuatorianos.
“Lamentablemente, el día de ayer (24 de mayo de 2009) no más de 30 personas se tomaron el taladro, esgrimiendo los más absurdos y contradictorios argumentos. eso no lo vamos a tolerar y sobre aquellos irresponsables caerá todo el peso de la ley”, manifestó el presidente Rafael Correa durante un acto castrense en aquella semana.
Pero de la misma forma, el Ejecutivo lamentó que la cadena Teleamazonas haya provocado una suerte de histeria colectiva entre los pescadores de la zona por un reportaje “basado en supuestos”. Por esta razón se solicitó a la autoridades de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Supertel) que inicie una investigación contra la cadena por estos hechos. Luego de seis meses, esa entidad reguladora sancionó a la cadena televisiva (el 22 de diciembre) y ordenó el cierre de la estación por 72 horas.
Los trabajadores del canal protestaron tanto en Quito como en Guayaquil, no obstante los directivos nunca explicaron los hechos sobre los cuales se había basado la nota periodística de Gurumendi.
Poco antes de ser sancionado, el propio canal emitió un reportaje en donde se desmentía que la exploración de gas iba a perjudicar a los pescadores de Puná.