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El Telégrafo

Una evaluación con nervios que se fueron mermando de a poco

Una evaluación con nervios que se fueron mermando de a poco
19 de febrero de 2012 - 00:00

“Tranquila mamita. No te pongas nerviosa, solo recuerda lo que repasamos en la semana”, repetía una y otra vez Marcela Tomalá a su hija Adriana, que ayer, bajo una intensa lluvia, acudió a las instalaciones de la Academia Naval Almirante Illingworth (ANAI), al norte de Guayaquil, para rendir una prueba. Sí, una evaluación similar a las cientas que ha dado en su carrera estudiantil, pero ésta tenía un valor agregado porque marcará su vida: el Examen Nacional para la Educación Superior (Enes), la cual  le permitirá seleccionar una universidad y una carrera que definirá su futuro profesional.       

La efervescencia que provocaban los padres en los exteriores de la Academia contrastó con la solemnidad con la que los jóvenes -muchos de ellos aún no son bachilleres- escalaban una colina para arribar a una zona en la que se encontraban las aulas. El nerviosismo, que por más que sus padres intentaban aplacar, aparecía en cada rostro. Unos preferían desfogarlo con sonrisas, otros enviando mensajes de texto vía celular y uno cuantos, en menos cantidad, fumando un cigarrillo tras otro.  

Pero antes de llegar a las aulas, un miembro de las Fuerzas Armadas los invitó a acudir hasta el coliseo del colegio. Ahí, René Ramírez, secretario nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), motivó a los estudiantes recordándoles que en caso de que obtuvieran una baja calificación en esta prueba habría otra oportunidad en abril -cuando se haga el examen en todo el territorio nacional- para que puedan acceder a la universidad y a la carrera que deseen. Y en el caso de que aún así en abril no logren pasar, “habrán cursos de nivelación gratuitos para ustedes. Y si hay problemas económicos les daremos becas para que puedan asistir a la universidad”, dijo Ramírez mientras uno que otro padre que se había colado al coliseo suspiraba y sonreía.

El funcionario culminó su intervención recordándoles a los asistentes que la prueba sería de conocimiento cognoscitivo mas no de conocimientos especializados.     

Si bien estas palabras mitigaron los nervios por un instante, los nervios reaparecieron camino a las aulas. En este punto, los organizadores del acto impidieron que los fotógrafos y camarógrafos de los medios de comunicación registraran las evaluaciones para “no poner nerviosos a los muchachos”. Así, a las 10:00, arrancó lo que un estudiante del ANAI calificó como “la prueba más importante de su vida”.  

Orden y puntualidad en el resto de las jurisdicciones   

A esa misma hora y a 420 kilómetros de distancia, en Quito, Heidi Pacheco (18 años), bachiller del Colegio Hermano Miguel de Latacunga, se alistaba para rendir la prueba. Minutos antes, con algo de melancolía, recordó que  tomó un curso de nivelación durante tres meses para estar preparada para la prueba de ayer. La joven realizó ejercicios de Razonamiento Lógico y Matemáticas entre las 08:00 y 14:00 durante todo este tiempo. “Las clases fueron fuertes, pero no me importa porque mi deseo es ser ingeniera en Biotecnología”, comentó.   

Heidi fue una de las 3.000 personas que acudió ayer a la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE) –sector de Sangolquí- para rendir los exámenes que forman parte del Sistema Nacional de Nivelación y Admisión (SNNA).  
Desde las 08:00, cientos de estudiantes se agolparon al ingreso del campus universitario, algunos en  compañía de sus padres.

“Los nervios me matan porque me dicen que las pruebas son tenaces”, dijo Diego Caranqui, bachiller del Colegio Benito Juárez, quien asistió junto a su padre, Víctor Caranqui.   

Vanessa Calva, subsecretaria de Formación Técnica, Artes y Música de la Senescyt, también se mostró complacida con el proceso. Aseguró que el retraso por parte de los aspirantes fue mínimo. Al igual que Ramírez, la funcionaria recordó que habrá otro examen en abril en el que participarán todas las universidades públicas del país.

La prueba de ayer -que sirvió de piloto para la de abril- solo contemplaba el ingreso para cinco universidades: Universidad Estatal de Guayaquil, Universidad Técnica de Babahoyo, Universidad Estatal de Milagro, Escuela Politécnica del Ejército (ESPE), e Instituto Tecnológico Superior Central Técnico de Quito.

En la provincia de Imbabura el proceso fue similar. El Colegio Nacional Ibarra recibió a los postulantes de esa provincia y del Carchi. El acto contó con la presencia de Daniel Suárez, coordinador zonal de Senescyt, quien señaló que los exámenes de admisión permitirán que los estudiantes ingresen a su formación superior a través de “méritos propios”.

Pasado el mediodía, para cuando las evaluaciones habían terminado en todo el país, Ramírez brindó una rueda de prensa con los resultados de la jornada. Se estima que hubo una asistencia del 70% de los 57.000 estudiantes inscritos.

Los resultados se entregarán a los estudiantes vía correo electrónico hasta el 24 de febrero. “Hoy nos sentimos orgullosos de haber cumplido con un proceso histórico para la educación del país”, resaltó el titular de la Senescyt.

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