Un llamado que derivó en la muerte de un maestro
Las jornadas de protestas se habían extendido por más de cinco días en la Amazonia. La dirigencia de la Confenaie, filial de la Conaie en esa región del país, había liderado las movilizaciones del colectivo en tres provincias, pero Morona Santiago se erigió como el centro logístico de las protestas en contra del proyecto de Ley de Recursos Hídricos que se tramitaba en la Asamblea Nacional en septiembre de 2009.
Una de las herramientas que utilizó la dirigencia de la Conaie para propagar sus posturas de oposición en contra de esta normativa fueron los micrófonos de la estación Radio La Voz de Arutam, con sede en Morona Santiago. El dirigente José Acacho enviaba constantemente mensajes virulentos contra la gestión gubernamental.
El 30 de septiembre de ese año y en los días anteriores, esta emisora indígena había emplazado a las comunidades amazónicas a estar preparados, con lanzas y perdigones, para enfrentarse a los miembros de la Fuerza Pública que intentaban impedir que el desorden y la violencia se tomaran este punto del país.
El llamado de la emisora tuvo eco en las poblaciones cercanas. Los manifestantes se atrincheraron en el puente del Upano, en el acceso norte a Macas, para esperar a las fuerzas del orden. Los incidentes se extendieron durante toda la tarde del 30 de septiembre. El resultado arrojó cifras penosas: 40 policías heridos con perdigones; pero lo más lamentable, la muerte de un maestro shuar, Bosco Wisuma.
En los días posteriores, la máxima dirigencia indígena condenó los hechos como un crimen de Estado, una postura similar a la que adoptaron los medios de comunicación privados. En su defensa, el Ejecutivo acusó a los directivos de Radio La Voz de Arutam de incitar a la violencia entre los manifestantes. Era una verdad contra la otra.
Pero las investigaciones de la Fiscalía de Morona Santiago empezaron a esclarecer lo ocurrido. Los peritos de la entidad y el trabajo realizado por la traductora shuar Marta Masana Kajekai permitieron al país conocer cuáles habían sido las declaraciones emitidas en la programación de la emisora en los días previos a los enfrentamientos sobre el puente del Upano.
“Estamos preparándonos con machetes y lanzas, estamos reunidos, mañana vamos a llamar a un carro para bajar a apoyar a ustedes (...) estamos afilando las lanzas preparándonos para salir (...) trae afilando bien las lanzas y traigan bastante veneno poniendo en botellas de cristal (...) necesitamos bastante veneno, trae por favor”, fueron algunos de los mensajes que se transmitieron horas antes de la muerte de Wisuma, según las investigaciones de la Fiscalía.
A pesar de estas evidencias, los dirigentes shuar negaron que hayan tenido que ver en los incidentes e indicaron que el accionar de la Policía Nacional fue extralimitado, lo que provocó la muerte del profesor.
Sin embargo, las pruebas que cada día se presentaban desmentían las versiones de la Conaie. La autopsia del cuerpo de Bosco Wisuma corroboró que la causa de su deceso fue el impacto de un perdigón en su cabeza.
Autoridades del Ministerio de Gobierno inmediatamente manifestaron que, como es lógico, esos perdigones solo pudieron ser disparados por los propios manifestantes debido a que la Policía Nacional no utiliza esos materiales disuasivos en Morona Santiago. Además tomó fuerza la idea de que los llamados efectuados por Radio La Voz de Arutam había convulsionado a la sociedad y que había provocado los actos violentos.
Acacho lo negó todo, a pesar de que en una entrevista para diario El Telégrafo, publicada el 29 de diciembre de 2009, aceptó que los manifestantes llevaron lanzas para enfrentarse a los policías que intentaban frenarlos en el puente del Upano, pero que éstas no llevaban las puntas envenenadas. “Si esas lanzas hubieran estado envenenadas, creo que los policías que resultaron heridos estuvieran muertos”, dijo en esa entrevista.
Como consecuencia de este accionar, la radio entró en un proceso de análisis por parte de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Supertel), que derivó en la orden de cierre de la emisora por la violación del Art. 58 de la Ley de Radio Difusión y Televisión en donde se prohíbe a las estaciones de radiodifusión y televisión: promover la violencia física o psicológica, utilizando niños, mujeres, jóvenes o ancianos; incentivar, realizar o motivar el racismo, el comercio sexual, la pornografía, el consumo de drogas, la intolerancia religiosa o política y otros actos análogos que afecten a la dignidad del ser humano. Sin embargo, esta sentencia fue revocada meses después por la misma entidad reguladora.