Un invierno “normal” que causa estragos en el país
El viernes último, una repentina granizada convirtió por algunas horas en un paraje polar a las calles, jardines y parques de Loja. El miércoles anterior, en cambio, un deslizamiento de tierras de cultivo causado por una intensa lluvia taponó parte de la carretera entre Tulcán y Tufiño, en Carchi.
La noche previa, la carretera Cuenca-Molleturo-Naranjal fue interrumpida hasta la mañana del miércoles por un taponamiento de tierra ocasionado por las precipitaciones caídas en la región austral del país. Algo similar sucedió ese mismo día en la vía que une a la capital azuaya con Azogues, su similar cañareja.
La madrugada del viernes 12 de octubre, las intensas lluvias caídas en el páramo Yacuyuyo (Tungurahua) desbordaron las acequias Alta Fernández y Chacón. La fuerza del agua afectó a tres tanques de oxidación y dejó aislados a más de 3.000 habitantes de las comunas Puganza Grande y Puganza Chico. Esto mientras maquinaria pesada de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) durante el feriado, reabrió la carretera entre Ambato y Quisapincha a causa de la caída de lodo y piedras.
Estos son algunos de los efectos que ha dejado, hasta ahora, el invierno que inició los primeros días de este mes en el país. Una temporada de lluvias que mantiene los “niveles normales”, a pesar de la intensidad de las precipitaciones que se han producido en algunas zonas del territorio nacional, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).
A pesar de que desde el año pasado hay previsiones de la posibilidad de que el país afronte el Fenómeno El Niño, este no se ha presentado hasta ahora en Ecuador, según el meteorólogo Carlos Naranjo, director ejecutivo del Inamhi. “Hasta el momento las condiciones oceanográficas en la sección del mar entre las islas Galápagos y las costas adyacentes a la costa continental del Ecuador mantienen condiciones normales de temperatura de agua. No existe una anomalía que determine un calentamiento (que derivaría en El Niño)”, afirma Naranjo.
El funcionario sostiene que hacia el occidente de las Galápagos sí se han detectado anomalías positivas de calentamiento del océano, pero que como no se han desplazado hacia las costas ecuatorianas, esta situación no afecta directamente al país, sino a otras regiones como la parte sureste del Brasil, además de Uruguay, Paraguay y Argentina.
No obstante, el experto prefiere no descartar aún totalmente una eventual llegada del fenómeno climático y sitúa en un 50% las posibilidades de que se produzca. Aclara, sin embargo, que si la ola de calentamiento oceánico llega hacia finales de año y, por consiguiente, acarrea lluvias, se debería hablar más bien de un invierno antes que de El Niño.
Por otro lado, Naranjo dice que si se mantienen las condiciones actuales y sigue recibiendo la influencia de humedad de la cuenca amazónica en las condiciones actuales, se prevé un invierno normal con algunos picos.
El experto añade que esto no significa que no puedan repetirse problemas como los suscitados hasta ahora. Aquello, por la irregularidad de las precipitaciones, que hace que en ciertos momentos caigan grandes cantidades de agua, lo que termina ocasionando problemas, como deslaves e inundaciones.