Un conductor y bus ya tenían “antecedentes”
Guillermo Rueda, presidente del Consejo de la Judicatura imbabureño, informó ayer que el bus de disco 56 y placas PAO - 030, presunto responsable del accidente ocurrido el martes en Ibarra, tenía una orden de retención con fines investigativos por otro caso.
Según el funcionario, testigos de un atropellamiento ocurrido el 19 de agosto del 2011, en el que murió la víctima, involucran en sus denuncias al automotor de la Cooperativa San Miguel de Ibarra.
Además, el teniente Jorge Arcos, oficial de Policía que tomó procedimiento en el accidente que causó la muerte de tres personas y heridas a otras 23, dijo a El Telégrafo que el conductor de la unidad 113, Marco Tirira, tiene 22 puntos menos en su licencia de conducir tras haber sido sancionado en varias ocasiones por contravenciones de tránsito.
El bus de disco 113 subía desde el centro de Ibarra hasta Bellavista de Caranqui cuando chocó frontalmente contra la unidad 56. Posteriormente se impactó contra dos casas y descendió unos 100 metros hasta que un poste detuvo su marcha.
Por su parte Yu Ling Reascos, directora provincial de Salud, informó que los 20 heridos asilados en distintas casas de salud de Ibarra se encuentran fuera de peligro. "Catorce de ellos son menores de edad y a la mayoría se les dará de alta en las próximas horas", aseveró.
No obstante, la familia de Marilyn Alférez, estudiante de 18 años que falleció al ser arrollada por el vehículo que sufrió la pérdida del sistema de frenos, daba muestras de impotencia y rabia este miércoles durante la velación del cuerpo de la joven en la vivienda familiar.
Mercedes Matango, abuela de Marilyn y primer allegado en conocer de la tragedia, no se cansaba de exigir justicia y pedir sanción para la cooperativa de transporte.
Mientras que los cuerpos del presunto responsable de la tragedia, Marco Benítez, y del ayudante Martín Calderón, eran velados en el Sindicato de Choferes. (CAT)