Twitter es la otra pata de la silla...
En torno a la comunicación mucho se ha dicho desde las teorías de Mc Luhan. Los medios siempre ligados a la tecnología van cambiando las costumbres de una audiencia muchas veces sobre informada y víctima de los poderes antagonistas.
El Ecuador vive cambios en la información. El Estado ha adquirido varios medios, mientras la oposición critica este proceso. ¿Cuál es su criterio?
No estoy capacitado para contestar sobre la situación de Ecuador porque no vivo aquí. Lo que puedo decir es que hace unos diez o quince años hay una preocupación en las sociedades, tanto en Europa y América Latina, sobre medios públicos. Es difícil hablar de modelos porque hay países que tienen toda una tradición de servicio público, como en Europa. En general, en América Latina, desde hace cierto tiempo, hay medios públicos con radios y televisiones culturales. Lo interesante es no solo capturar los públicos culturales sino el conjunto de la población. Vivimos en todas partes retos que son complejos. Hay que reformular los diversos sectores y los segmentos del sistema de comunicación: medios comunitarios, leyes sobre el sector privado y todo lo concerniente a lo público. Es el servicio público una iniciativa de un Estado.
¿Podríamos decir que el paradigma de los medios públicos es la BBC de Inglaterra?
La BBC forma parte de toda esta tradición que marcó la institucionalización de la radio y la TV en Europa, financiada por el Estado. Pienso que hay una idea de producir la información con las lógicas del mercado. Esto ha ido evolucionando progresivamente, sin embargo, el servicio público es un patrimonio y no desaparecerá. Como en España, Bélgica o Inglaterra hay medios públicos que llegan con una programación acorde a la imagen de la ciudadanía. Hoy los medios públicos están obligados a tener en cuenta la rivalidad con las cadenas privadas.
Los medios privados tienen sus fórmulas para capturar público. En el Ecuador se utiliza el sexo, la farándula, los escándalos. ¿Cómo debería hacer un medio público en países como el nuestro para no perder audiencia y competir?
Un medio público finalmente trata de reflejar la pluralidad de la sociedad en que se inserta, toma en cuenta sus realidades, es una idea más pedagógica. Para hablar de la TV, como misión del servicio público, se producen documentales que dan otra imagen de la sociedad, pero que finalmente recurren a herramientas sensacionalistas.
¿Es un rol pedagógico el de los medios públicos?
Sí, es cumplir con una función coherente con el interés colectivo. No es fácil porque el mercado existe, y eso ha generado la creación de cierta audiencia y lectores. Es un nivel de competencia a todo nivel, privado y público, a veces híbrido. Los medios públicos deben invertir más dinero y esfuerzo para presentar programas que permitan competir con calidad. Un medio público debe reflejar la diversidad de esta realidad.
A nivel noticioso, los medios, por ejemplo en Cuba, no vamos negarlo, se rigen a una estructura política...
Bueno, conozco la situación en Cuba, tengo muchos amigos allá. Hubo varios intentos y ha habido debates para abrir los medios. Pero cada sociedad tiene los medios que se merece. Es un método distinto y que empezó desde la revolución. No lo han hecho aún, no sé por qué. Recuerdo haber participado en seminarios donde esta pregunta estaba planteada. Se comentó la posibilidad de hacer televisión comunitaria, por ejemplo.
¿En este caso específico, es una utopía hacer algo público sin que no sea gubernamental?
Todas las instituciones públicas en el Estado cubano son así. Sería incoherente en relación a la idea que tienen sobre el modo de institucionalización de los medios.
Hablemos del caso en Italia que es muy extraño. Berlusconi maneja muchos medios de comunicación. Es el dueño de los medios privados que se rigen por el mercado.
Bueno, usted toma el caso de Italia como un caso paradigmático de los sistemas televisivos en Europa. Hasta que llega Berlusconi en los años 80, que empieza a comprar medios, había un sistema modelo con cadenas como la Rai, una de ellas era muy crítica y topaba temas que los otros medios no topaban. En Francia, la aparición de Sarkozy ha cambiado el sistema audiovisual y político. Es a partir de sus nuevas propiedades televisivas que se construyó como partido, y es la primera vez que un partido se construye a partir de la TV. Estamos en los 80s con la desregulación, donde se ataca al Estado social por todos lados y también a cómo están organizados los medios. Berlusconi es el colmo de la TV comercial, y ha transferido la mediocridad de su televisión al modo de gobernar.
Incluso se le acusa de tener revistas de farándula donde publica, a propósito, fotografías de su propia hija en estado alcohólico.
Sí, le voy a decir que el caso Berlusconi es tan preocupante para el Parlamento Europeo que se tomó este ejemplo para luchar contra estos excesos. Los sectores no conservadores pidieron a la Comisión Europea que una directiva abogue por el pluralismo y la desconcentración. Los neoconservadores y socialdemócratas, finalmente, han parado tres veces este proyecto, precisamente, porque este sector que rechazó la directiva era la aliada de Berlusconi. El territorio de los medios es un terreno conflictivo.
Como estudioso de la comunicación, ¿cuál es su criterio sobre Facebook y Twiter?
Bueno, complementa a los medios, no los remplazan. Los jóvenes lo utilizan mucho, es verdad. El gran problema con las redes sociales es cómo funcionan.
No hay una red social sin un marco publicitario, necesitan producir información para el márketing. Esa es la crítica, el hecho de entregar información sobre los perfiles de los inscritos.
No es del todo democrático...
Tiene dos caras, una con los jóvenes que se comunican y que adquieren notoriedad frente sus amigos y la red. También juega un papel importante en las crisis sociales como sucedió en Túnez, pero va en contra de la privacidad. Ellos mismos inventan herramientas para filtrar, y eso es cambiante, por eso hay una guerra entre ciertos suscriptores de Facebook. Se ha convertido en un medio como casi biológico y muy necesario, porque todos los amigos lo tienen y dicen que es imprescindible.
El periodista tiene que pensar en estos medios.
Sí, es la otra pata de la silla, es una fuente de información valiosa, pero hay que interrogarla.