La propuesta dominical de TC y GamaTV para debatir sobre la Consulta tiene dos elementos para la reflexión y la polémica:

1.- Insertar la discusión política, en un horario dominical, fue   idea original de Carlos Vera, con Cero Tolerancia. Al principio la televisión, en general, creía que a esa hora no había audiencia y ahora se ha comprobado que la ‘politización’ de la ciudadanía no puede estar regida por un horario sometido al rating y menos a los auspicios. La atención sobre los temas que abordan el futuro del país, aunque sea en domingo, también colocan a la llamada opinión pública en una ‘forzada’ rutina, por encima de la que un fin de semana reclama la familia. Lástima que lo debatido no tenga eco en los diarios, como si ocurre con los canales privados. ¿Prejuicio?

Ahora TCy GamaTV sitúan  la discusión política desde una neutralidad discutible. Y, por lo que vimos este domingo último, la propuesta puede tener larga vida si se somete a una autoevaluación y a la obligada crítica de la ciudadanía.

2.- Si bien los dos canales generan atención, no hay una identidad particular en  cada uno de sus programas. Carlos Ochoa y Carlos Rabascal, los conductores, tienen su estilo, pero el formato no los diferencia. Ahí hay un reto. ¿Qué haría comprensible que  tengan su propia dinámica para garantizar que las audiencias vean los dos programas el mismo día? Cierto que GamaTV introduce elementos de producción, pero no necesariamente eso alimenta el debate de los panelistas. En TC, aunque no cuenta con ese mismo nivel de producción, la polémica es mejor manejada por Rabascal.

Entonces, los televidentes, en tiempos de Consulta Popular, tenemos que agradecer el debate y reclamar por una mayor inyección de identidad en cada uno de los programas.