El país sufría habitualmente de crisis energéticas debido al estiaje que se presentaba cada año en la zona austral, en donde se ubica la central hidroeléctrica Paute, considerada la más importante.

La falta de lluvias entre los meses de septiembre y marzo provocaba racionamientos eléctricos que afectaban en su mayoría a las zonas residenciales.

Durante  2009 el Gobierno enfrentó una de las mayores  sequías que le condujo a adoptar otras medidas y a insistir en el avance de las obras de nuevas centrales hidroeléctricas. Fue el 5 de noviembre de ese año que el Gobierno anunció un plan de racionamiento de dos horas en el servicio de electricidad. La causa, el bajo  nivel de los embalses por la prolongada sequía.

El ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, fue quien informó en aquella época que   la hidroeléctrica Paute-Molino, que cubre el 35% de la demanda nacional, había llegado a niveles críticos.
Las campañas de ahorro de energía fueron consecutivas y se llegó a priorizar el abastecimiento de energía al sector productivo.

Dos años después, la situación es diferente. La presencia de la hidroeléctrica Mazar que entró a operar a mediados de 2010 y la reestructuración de las generadoras termoeléctricas le permitieron al país superar ese inconveniente.
Según el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), hasta octubre de 2011 la capacidad energética del país se ubicó en 4.570 megavatios (2.170 de generación hidroeléctrica, 1.835 de generación termoeléctrica y 565 de interconexiones internacionales).

En diálogo con El Telégrafo, el ministro Albornoz indicó que en relación a la capacidad energética, la demanda del país alcanza los 2.980 megavatios.
Bajo este panorama y ante la presencia de lluvias en la zona austral, durante estos días los embalses están llenos.

Inclusive entre el 16 y 18 de diciembre pasados se transfirió a Perú 1.400 megavatios hora.
“La situación energética  del país está firme, tenemos la suficiente reserva de energía para garantizar el suministro. La reserva depende del día y la hora, pero está siempre sobre el 10% en el peor de los casos, que es la hora pico”, sostuvo el secretario de Estado.

Explicó que los embalses que dispone el sistema eléctrico ecuatoriano se encuentran en niveles adecuados, así como la generación térmica está operativa.
“Se garantiza totalmente la generación de energía. El Gobierno, en una tarea titánica, ha revertido la falta de inversión en hidroeléctricas, porque antes la protagonista era la generación térmica”, precisó.

En octubre pasado el director ejecutivo de Conelec,  Francisco Vergara, también descartó un estiaje, al señalar que la reserva de agua que contiene la central de Mazar está a su máxima capacidad.
Un informe del Cenace con corte al 30 de septiembre de 2011 destaca que las reservas de energía acumulada en los embalses Mazar, Amaluza, Daule Peripa y Pisayambo se ubica en 968 gigavatios hora.

Radiografía

Al ser históricamente Paute la central que ha dotado de energía al país, el Gobierno tiene en marcha el Proyecto  Hidroeléctrico Paute Integral, conformado por la presa Mazar, la central Molino-Paute,  las centrales Sopladora y Cardenillo. Esta interconexión generará 2.244 megavatios (ver gráfico).

Ayer, a las 11:15, la cota del embalse de Mazar estaba en 2.153,31 metros sobre el nivel del mar; mientras que la de Paute en 1.990,55 metros sobre el nivel del mar.

Personal de Hidropaute mencionó que en este momento la capacidad de almacenamiento de agua para la generación eléctrica de Paute es de 120 millones de metros cúbicos; mientras que la  de Mazar es cuatro veces más. Trascendió que Mazar tiene -al momento- una potencia instalada de 170 megavatios; mientras que Paute de 1.075 megavatios.