Su hija murió por una negligencia médica
El pasado cuatro de febrero Amarilys Salazar Haro hubiera cumplido 38 años de edad sino hubiera sido víctima de una mala práctica médica, afirma su padre Miguel Salazar Torres.
La mañana del 29 de mayo de 2009, un día después de haber celebrado su baby shower (fiesta que se realiza en honor al recibimiento de un hijo), Amarilys empezó a sentir estragos y acudió a la Clínica Alcívar donde se atendía regularmente, pero al no estar presente su médico de cabecera decidió regresar a casa.
En la noche del mismo día su estado de salud se agravó y su esposo, Homero Barona Cajas, decidió trasladarla al hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) Teodoro Maldonado Carbo, al sur de Guayaquil.
La joven mujer, con 36 semanas de gestación, fue hospitalizada en dicha casa de salud, según relata su padre, quien acusa a los galenos de no haberle suministrado la atención médica requerida.
“Estuvo cuatro días hospitalizada y se negaban a realizarle una cesárea porque decían que faltaban dos semanas para que el bebé naciera”, lamentó Salazar.
La tarde del 4 de junio el bebé murió en el vientre de Amarilys por lo fue sometida a una cesárea para extraer el cuerpo del no nacido.
“En esa intervención quirúrgica mi hija quedó gravemente afectada, tenía una hemorragia incontenible... decidieron extirparle el útero, pero ella seguía mal”, relata Salazar.
A las 11:00 del 5 de junio Amarilys falleció debido a un shock hipovolémico de hemorragia posquirúrgica, según consta en su acta de defunción.
Al fallecer Amarilys dejó en la orfandad a su único hijo, que entonces tenía ocho años de edad.
Después de lo sucedido, Barona presentó una denuncia contra los médicos que atendieron a su esposa por negligencia y mala práctica médica. Sin embargo, el caso 228-2009 aún reposa en la Fiscalía del Guayas y se encuentra en indagación.
Salazar aún espera que se haga justicia por la muerte de su hija y con esa esperanza a veces ronda los pasillos de la Fiscalía y la Corte de Justicia en Guayaquil.