Con un hablar pausado y con fuerte acento español, Simon Feng, funcionario del Banco de Desarrollo de China, intenta resumir las excelentes   relaciones que hay entre Ecuador y China desde que  llegó Rafael Correa a Carondelet.

El técnico chino expresa que, durante las negociaciones concretadas y las futuras, el Gobierno ecuatoriano seguirá teniendo el control de los destinos de las líneas de crédito que se dispongan. Feng agrega que la tasa de crecimiento económico del gigante asiático ha permitido que el Banco de Desarrollo se fortalezca al punto que se ha convertido en uno de los más importantes del mundo.  

¿Cuál fue el motivo de su visita a Guayaquil?

Acompañé a la delegación del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional (Ccpit)  para asistir a la Feria Expo China que se desarrolló en la ciudad.

¿Ustedes como miembros del Banco de Desarrollo de China supervisan todas las inversiones que se realizan en el extranjero?

Nosotros estamos en Quito desde 2007. Personalmente llevo más de un año en  Ecuador para explorar oportunidades de inversión en el sector público y en el privado, puesto que el Banco de Desarrollo de China se   convirtió en una entidad financiera comercial desde finales de 2009 y ahora es un  banco comercial, dejando de ser una institución política. La totalidad de activos que hemos alcanzado con el crecimiento de China es de 700.000  millones de dólares, tenemos más activos que  el  Banco Mundial y del Banco  Interamericano de Desarrollo (BID).

¿Cuál es la misión que tiene la misión del Banco de Desarrollo de China en el Ecuador?

Pues el año pasado concretamos la primera línea de crédito gracias al esfuerzo de ambas partes, del Banco de Desarrollo de China y del Ministerio de Finanzas del Ecuador. En esa ocasión firmamos un acuerdo por 1.000 millones de dólares, de los cuales el tramo A era de 800 millones de dólares  y el B de 200 millones de dólares. El primero es de libre disponibilidad del Gobierno de Ecuador para   construir escuelas, hospitales y carreteras.

Mientras que, el tramo B era para apoyar la construcción y compra de equipamiento de las empresas chinas.

Entonces hasta ahora hemos terminado de desembolsar la totalidad de este compromiso.

En las últimas semanas se pudo concretar un nuevo crédito para la construcción de centrales hidroeléctricas... Ante estos escenarios, ¿cómo ve la relación entre Ecuador y China?

Voy a citar las declaraciones de nuestro  embajador: “Las relaciones entre China y Ecuador están pasando por su mejor momento”. Por ejemplo, el año anterior el Gobierno de Ecuador consiguió un crédito para el proyecto Coca-Codo Sinclair. La fase dos ahora corresponde a una nueva línea de crédito de 2.000 millones de dólares,  que también tiene el tramo A que es de libre disponibilidad del Gobierno ecuatoriano y el tramo B para ayudar a las empresas chinas para que  no solo   construyan   proyectos hidroeléctricos, sino también eólicos,  de riego y carreteras.

¿Ustedes tienen líneas de crédito para el sector privado?

Aprovechando esta oportunidad queremos reafirmar nuestro interés hacia los sectores privados una vez que ya hemos consolidado nuestros vínculos con el sector público. Ahora podemos concentrar nuestros esfuerzos en cambiar nuestras operaciones en el sector privado.

¿Qué proyectos podrían financiarse?

Existen planes de energía limpia que interesan mucho  a los inversionistas. Por ejemplo está el proyecto Villonaco, en Loja, que podría recibir financiamiento. En días anteriores visitamos el Ministerio de Energía Renovables y ratificamos nuestro interés de traer a las empresas chinas que tengan experiencias  en energía fotovoltaica.