La muerte de Jaime Roldós, documental de Manolo Sarmiento con que se estrenó la última edición del festival Encuentros del Otro Cine (EDOC), será proyectada desde el próximo 23 de agosto en las salas de Cinemark, Multicines, OchoyMedio, Cinemática y Mis Cines.

En la lista anterior no aparece una de las cadenas de cine más grandes del país: Supercines, donde no se proyectará el filme por “motivaciones políticas”. Es lo que ha dicho Manolo Sarmiento, director del documental junto a Lisandra Rivera.     

Actualmente, Sarmiento explica que está esperando una respuesta a una nueva solicitud que él y Rivera realizaron a la gerencia de Supercines, con la esperanza de que la cadena reconsidere su decisión.  

La solicitud fue entregada el 26 de julio, una semana después de saber que Supercines no proyectaría el documental.

En su cuenta de twitter, Sarmiento (@teletoxia) se refirió a las motivaciones políticas de la cadena durante un debate en la red social. “Nos dijeron que las alusiones al ingeniero Febres Cordero son muy fuertes”, decía el director en una conversación con los usuarios @merlinadelgolfo, @AndresCrespoA, @andresreinoso y @SCB69.     

“Al menos en unas 10 ciudades del país Supercines es la única oferta en salas de proyección”El documental narra el proceso del retorno a la democracia en 1979, la presidencia de Jaime Roldós, con sus políticas internacionales sobre derechos humanos, los obstáculos con la oposición, su muerte y el posterior surgimiento del Partido Roldosista Ecuatoriano, que explotó la imagen del fallecido presidente, un hecho al que sus hijos se refieren como una “segunda muerte”.

Dentro de esa narración, se alude en dos ocasiones a León Febres Cordero: una entrevista a Roldós, en la que se refiere al entonces diputado socialcristiano como  “insolente recadero” del empresario Luis Noboa.

La otra alusión es una imagen tomada por el fotógrafo Fabián Sandoval que muestra a Febres-Cordero guardándose una pistola en el cinto en pleno Congreso Nacional. Pero Sarmiento recalca que “es inconcebible un documental de Roldós sin hablar de Febres-Cordero”.

No existe una ley que obligue a una cadena de cines a darle prioridad al cine ecuatoriano, Sarmiento recuerda que Supercines “detenta una posición importante en la distribución de cine en  Ecuador”.

Al menos en unas 10 ciudades del país, Supercines es la única oferta en salas de proyección. Si la cadena no cambia su decisión, los públicos de -por ejemplo- Babahoyo, Machala y Portoviejo (capitales provinciales), serían privados de ver La muerte de Jaime Roldós.  

Sarmiento señala que el filme ha tenido mucho reconocimiento, “y creemos que merece ser exhibido. Las discrepancias políticas son parte del debate político de ideas del país y por lo tanto deberíamos ser tolerantes con distintas ideas mientras éstas sean respetuosas”.

Jorge Luis Serrano, actual viceministro de Cultura, y anterior director ejecutivo del CNCine, señaló ayer desde su cuenta de Twitter (@JorgeLuisSerra) que la negativa de Supercines podría ser interpretada como inconstitucional.

Serrano alude al artículo 380 de la Constitución del Ecuador, en el literal 3 de su artículo 380, que indica que es responsabilidad del estado: “Asegurar que los circuitos de distribución, exhibición pública y difusión masiva no condicionen ni restrinjan la independencia de los creadores, ni el acceso del público a la creación cultural y artística nacional independiente”.

Este diario se comunicó con varios funcionarios de la cadena Supercines y la Corporación El Rosado, pero hasta la hora del cierre ninguno quiso hablar sobre el tema.