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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo

Roberto Follari: “Son gobiernos de liderazgos fuertes”

El neopopulismo a nivel de Latinoamérica se convierte en una tendencia que busca reivindicar a los sectores olvidados  por el neoliberalismo. Gobiernos como el de Ecuador, Venezuela, Bolivia y Argentina son un reflejo de la nueva corriente; sus detractores identificados son los grupos de poder,  los medios de comunicación y, en menor grado, la Iglesia, asegura Roberto Follari,  pensador de la nueva izquierda en América Latina.

¿Qué son los gobiernos neopopulistas, se los puede seguir llamando gobiernos de izquierda?

Sí lo son, pero con características singulares. El neopopulismo es una definición técnica, que no tiene nada de peyorativo, estos gobiernos implican una presencia del Estado en la vida económica y social  como un factor de planificación y redistribución de las rentas.

A nivel de Latinoamérica, ¿cuáles son los gobiernos  neopopulistas?

Es clara la tendencia en países como: Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina: la mayoría los tilda de antidemocráticos, cuando son muy democráticos. Estos son gobiernos de liderazgos fuertes y de ideologías progresistas. Siempre los movimientos neopopulistas son plurales y fuertemente heterogéneos desde el punto de vista interno, los une una gran tendencia de defensa de lo nacional-popular y un gran liderazgo  de sus representantes.

¿Qué es ser de izquierda?

Ser de izquierda hoy es ser capaces de orientar políticas redistributivas, políticas que se dan dentro del capitalismo, pero que son capaces de transformarlo en un capitalismo no excluyente, en un capitalismo con  visos de parcial justicia social y donde no exista miseria o sectores sociales.

¿Cuáles son los enemigos de estos nuevos procesos neopopulistas?

Hay varios enemigos,  la derecha y muy minoritariamente pequeños grupos de izquierda,  incapaces de adaptarse a las condiciones históricas. Los principales enemigos son:  la geopolítica de los Estados Unidos y los grandes empresarios, los dueños de los medios, los medios privados hegemónicos, una parte de la jerarquía de la Iglesia. Estos configuran  bloques bastante caóticos, porque las oposiciones políticas a estos gobiernos suelen ser sumamente rabiosas y muy fanáticas, y son absolutamente carentes de tener proyecto propio, son  todos los que ya fracasaron en gobiernos anteriores.

Es una especie de ataque ciego, a veces burdo, grosero, contra el Gobierno, se oponen a todo de cualquier manera y sin razón alguna. Son alianzas contranatura,  porque cada uno, aparte, no tendrían la posibilidad de gobernar, porque son muy débiles.

Con este escenario ¿a dónde va la izquierda en América Latina?

En América Latina hay un sector importante que está siguiendo a estos gobiernos. Hay otra izquierda, que es la izquierda más liberal socialdemócrata  que se expresa en casos como Uruguay,  Brasil,  Chile. Esta izquierda que tiene cierta tradición y donde el liberalismo tiene cierto peso. También hay  una izquierda más tradicional, que pretende seguir siendo izquierda revolucionaria y  continúa sacando baja votación, su importancia radica en hacer ruido, hacer piquetes, hacer huelgas, por la vía de resistencia directa, pero que no tienen la menor aceptación ni la remota oportunidad de llegar al poder. En cambio los gobiernos neopopulistas tienen liderazgo y  sus políticas son sociales.

¿Por qué a los gobiernos neopopulistas se los tilda de dictatoriales?

Yo he escuchado decir que el Gobierno actual es una dictadura, yo he vivido una dictadura.  Una dictadura es un  estado totalitario policíaco dedicado a la persecución, tortura y muerte. Llamar  una dictadura a estos gobiernos es una barbaridad, una irresponsabilidad  y una falta de seriedad total. Cuando alguien dice “esto es una dictadura” en un medio de radio, prensa o televisión   está mostrando que vive en una democracia. Porque en una dictadura, querer  decir “esto es una dictadura”, antes de que termine de decirlo ya se lo han llevado y  aparecerá con un tiro en la cabeza. En las dictaduras no hay oposición, por eso lo que dicen es una total contradicción.

¿Qué busca la población en los gobiernos  neopopulistas?

Por un  lado, la mejora social,    empezar a vivir mejor, tener un  bono para tener el dinero mínimo, mandar a los  hijos a la escuela, ir al hospital. Son cosas  importantísimas para quien nunca las tuvo, es lo básico para vivir. Lo otro es el reconocimiento, que es un factor central  en la vida humana. Esos sectores buscan que se los respete, que se los quiera, que existan, que no se los niegue, no se los olvide y no se los deje en la invisibilidad. Y lo más importante: la gente está en contacto con sus líderes,  no solo en campaña.

¿Cuál es la desventaja del neopopulismo?

La desventaja  que tiene es que muchos surgieron  de la efervescencia, ahora deben  formar  a la organización para no desaparecer en el tiempo. El neopopulismo debe ir creando líderes y no es fácil ser un líder, para eso hay que tener talentos personales y la decisión ideológica.

Los liderazgos surgieron  como respuesta a la gran crisis política que creó el neoliberalismo. Hubo crisis terminales del sistema:  Argentina, en  2001, tuvo prácticamente una liquidación  del sistema político; en Bolivia, la guerra del agua; en Ecuador, la caída del ex presidente Jamil Mahuad;  y en Venezuela, el  Caracazo.

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