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Rafael Quintero: “PAIS debe impulsar la revolución agraria”
Uno de los pilares ideológicos del Partido Socialista (PS) ha sido la reforma agraria. ¿Después de 4 años de alianza con Movimiento PAIS, hay avances?
La reforma agraria es la idea fundamental del partido y estuvo presente en el acuerdo programático suscrito entre Guadalupe Larriva y Rafael Correa, en Cuenca, para la campaña de 2006. Ahora la reforma es parte del plan de Gobierno.
En los últimos meses el Gobierno reformó el impuesto a las tierras y ha entregado haciendas a los campesinos. ¿Es una reforma?
El Gobierno está ante un dilema. Aplica la Ley de Desarrollo Agrario, elaborada por Sixto Durán Ballén en 1994, comprando tierras para entregarlas a los campesinos por medio de la renta, pero ese es un camino tortuoso, lleno de triquiñuelas legales y que tomará muchísimo tiempo.
¿Cuál sería el camino?
La distribución debe empezar con las tierras estatales y de forma gratuita. El artículo 281 de la Constitución señala que el Estado debe promover políticas redistributivas que permitan el acceso del campesinado a la tierra, agua y otros recursos, así que no podemos seguir aplicando la ley de 1994 que favorece a los latifundistas. Por eso, en el acuerdo firmado con Alianza PAIS (AP) el 9 de agosto pasado, pedimos que se incluya la consolidación de una “política conjunta que impulse la revolución agraria y laboral”.
En este momento algunas organizaciones políticas y sociales se autoconvocaron para formar un nuevo frente amplio de izquierda. ¿Cómo ve el PS esa iniciativa?
Veo que se reunieron para hacer oposición a este Gobierno. Algunos de esos sectores estuvieron involucrados directamente en el intento de Golpe de Estado (30-S) contra el Presidente (Rafael) Correa, lo que los convierte en antidemocráticos. Yo invito a los movimientos de izquierda que puedan estar ahí, a que recapaciten. Mi primera acción será dialogar con esos sectores para persuadirlos y que vuelvan para impulsar un programa conjunto.
Está en marcha un proceso de reinscripción de partidos. ¿Hoy en día, qué es ser de izquierda?
La persona de izquierda es alguien insatisfecho con la injusticia social, que plantea insertarse en la política porque considera que el Estado es un espacio estratégico de lucha. Ser de izquierda en estas circunstancias es reclamar la soberanía de nuestro país y tener una vocación por la Patria y las libertades individuales y colectivas.
Hay partidos denominados de izquierda que califican al Gobierno de autoritario y de derecha. ¿Cuál es su lectura?
Lamentablemente el MPD es un partido corporativista que enancó su actividad en dos o tres sectores, los gremializó y se convirtió en representante de intereses gremiales. Convirtió a las universidades en un coto de su control político y se resistía a otras influencias ideológicas. Lo mismo ocurrió en la UNE y otros sectores urbano-marginales. Ahora el MPD no es una fuerza de cambio sino conservadora.
Pachakutik pensó que los cambios llegarían solos. En el 2006 Correa quería que Luis Macas sea su binomio, pero él planteó que la fórmula sea al revés, cuando Correa tenía el 9% de la preferencia electoral y Macas el 1%. No hay ningún destino manifiesto que un grupo pueda reclamar por más que hayan existido 13 mil años en nuestro país, eso es antidemocrático. Ahí hay una trampa ideológica que se exterioriza en algunos dirigentes y que les hace daño.
Los cambios realizados por este Gobierno también han generado confrontación con ciertos sectores: indígenas, servidores públicos... ¿Eso se contrapone con la ideología del PS?
Algunos cambios son necesarios. En Cuba se calcula que más de un millón de trabajadores serán reubicados, pero siempre tendrán la protección social del Estado. En Ecuador se trata de modernizar y tecnificar los procesos productivos, lo que significa una disminución de la fuerza de trabajo, pero es una ley de la vida. Sucedió con los empleados de casinos, pero existe un plan de reinserción, algo que el neoliberalismo nunca lo pensó. No se trata de una contradicción porque los trabajadores serán reubicados, porque tampoco puede haber privilegios para nadie y hubo momentos en que los cargos públicos, en los contratos colectivos, eran considerados como una herencia para los hijos.
Con los acuerdos y observaciones que el PS tiene sobre el Movimiento PAIS, ¿cómo se vislumbra esa alianza ante la posible reelección del presidente Rafael Correa?
Nosotros lo apoyaríamos. Desde Eloy Alfaro no ha existido un presidente como Rafael Correa, así de simple. Los cambios que se han hecho en el Ecuador son tan significativos que no dudaríamos ante la posibilidad de tener cuatro años más de avances importantes.
Quienes oyeron el informe de labores del 10 de agosto pasado y que se dicen de izquierda, no entiendo cómo pueden estar en contra de este Gobierno. Entonces, estaríamos a favor de una reelección del presidente Correa, pero es un criterio personal porque su candidatura aún no es oficial.
En cuanto a la alianza con AP, nuestro partido quiere mantenerla, pero también buscaremos candidatos propios para las próximas elecciones, de modo que la alianza sea 35-17 y con los demás partidos que quieran sumarse.