Policía pide perdón por el 30-S y miles apoyan a Correa
“En nombre de mi gente y de mis policías, quiero pedir perdón por los hechos del 30 de septiembre”. Esta frase fue parte del discurso del coronel Juan Carlos Rueda, jefe del Distrito Metropolitano de Quito, con el cual se dirigió a miembros de la tropa, clases y policías en el Regimiento Quito, en una ceremonia para conmemorar el primer aniversario de la revuelta policial.
Rueda calificó el 30-S como un día de profundo dolor y reflexión. Añadió que se disculpan con el pueblo ecuatoriano y con las familias de todas las víctimas que dejó la insubordinación policial. Se refirió a los miembros del GIR y el GOE, haciéndoles extensiva su disculpa por el dolor causado a las familias de los caídos.
Acotó que su manera de reivindicarse con la sociedad es con el trabajo y sirviendo con mayor empeño a la institución. Indicó que el trabajo se realiza con mayor esfuerzo. “Esa será nuestra forma de disculparnos con la historia”, finalizó Rueda.
De igual manera, Patricio Franco, comandante general de la Policía, dijo que el compromiso de los hombres y mujeres policías es tener una institución más creíble y trabajadora. “Este mando responde desde el 1 de octubre”, aclaró el uniformado.
Y aseguró que la ciudadanía ha sido testigo de la transformación que atraviesa la policía y se refirió a los 21 uniformados que este año han perdido la vida en el cumplimiento de su deber en distintas partes del país.
Recalcó que “ser un policía ecuatoriano, es saber decir me equivoqué, y prometo no cometer el mismo error”.
Finalmente los 300 policías que se encontraban formados, juraron el mandato policial: valor, disciplina y lealtad.
El último en hablar fue el ministro del Interior, José Serrano, quien estuvo acompañado del viceministro Leonardo Verrezueta. Serrano dijo que el 30-S se convirtió en el punto de ruptura entre quienes pretendieron regresar “al pasado ignominioso en el cual los ecuatorianos vivían excluidos de la convivencia social, incluyendo la policía y sus familias”.
“Estamos seguros de que el fortalecimiento del proceso social requiere una reflexión profunda con el fin de romper la cadena de impunidad y restablecer el camino a la transformación”, dijo el funcionario.
Luego de la ceremonia, miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), colocaron arreglos florales en la Av. Mariana de Jesús, en el lugar en donde cayó el cabo segundo Froilán Jiménez. Allí rezaron un padre nuestro, guardaron un minuto de silencio y se retiraron.
Momentos de reflexión
De manera paralela, el presidente de la República, Rafael Correa, ofreció una entrevista a la Radio Pública y participó en una misa de conmemoración a las víctimas.
Entre los actos más emotivos de la jornada, estuvo la eucaristía en homenaje a los caídos en el amotinamiento, la cual se realizó en la Catedral de Quito.
Al lugar acudieron los ministros de Estado, asambleístas, la cúpula militar y policial, representantes de organizaciones sociales y familiares de los caídos.
El Primer Mandatario, quien ocupó la primera fila de las bancas de la Iglesia, se sentó junto a Fernando Cordero, presidente de la Asamblea; José Serrano, y Gustavo Jalkh, secretario particular y ex ministro del Interior.
En la ceremonia religiosa, al momento de otorgar la paz, el comandante General de la Policía, Patricio Franco, se acercó a estrechar la mano de Correa. Junto a él lo hicieron varios policías, ministros y simpatizantes que acudieron a la conmemoración.
La misa estuvo dirigida por monseñor René Coba, quien invitó a la ciudadanía y a las autoridades a reflexionar sobre los hechos suscitados hace un año y además llamó a la conciliación para el beneficio del país.
Al final de la misa, Correa y varias autoridades se acercaron a los familiares de los fallecidos, en especial del soldado Darwin Panchi, quien murió por impactos de bala, cuando policías identificaron el auto de inteligencia militar que conducía y lo acribillaron.
Al salir de la Catedral, el Mandatario fue resguardado por un nutrido contingente militar que abrió una calle de seguridad en su traslado hasta el Palacio de Carondelet. Durante el trayecto, el Presidente recibió varias muestras de afecto y respaldo por parte de los ciudadanos que acudieron a la misa o lo esperaban a la salida de la iglesia.
30-S, el día que triunfó la democracia
Esa fue la consigna de decenas de miles de personas que acudieron ayer a la avenida de Los Shyris, al norte de Quito, para recordar un año de la asonada golpista.
En la concentración, Correa emplazó a los responsables del 30-S a dar la cara y a que no se escondan cobardemente.
“¿Donde están los que con tanta osadía, con tanta alevosía, con tanto abuso golpeaban a ciudadanos inocentes ese 30 de septiembre?, ¿dónde están los que disparaban a mansalva contra un pueblo desarmado?, ¿dónde están los que lanzaban bombas lacrimógenas?, ¿los que parapetados en terrazas disparaban a diestra y siniestra?”, preguntó en un acalorado discurso.
“Que sepan los conspiradores que se van a encontrar con todo un pueblo, con miles de almas, de brazos, de corazones, de mentes dispuestos a dar la vida por defender la democracia, por defender nuestra revolución”, sostuvo, al señalar que los conspiradores fueron tan valiente ese día, pero ahora nadie es responsable, ni siquiera dan la cara para rescatar un poco la dignidad perdida. “Se los respetaría un poco más si dijeran aquí estoy, soy responsable, me arrepiento y pido disculpas de lo que hice, pero nadie es responsable del 30 de septiembre”.
Anunció que como respuesta a intentos de agresión, el gobierno se compromete a “construir por cada bala una nueva escuela, por cada infamia o difamación un nuevo hospital, libros, uniformes, porque a esta revolución no la pararán las balas asesinas”.
Y es que con carteles de repudio a los hechos del 30-S y banderas del Ecuador, miles de personas, procedentes de diversas provincias del país, se concentraron desde la tarde del jueves en la capital.
Los ciudadanos que acudieron a la concentración, durante todo el día participaron de diversos actos, entre ellos marchas, concentraciones, recorridos por exposiciones fotográficas, proyecciones de vídeos, participaron en foros, debates y conferencias que se desarrollaron en auditorios, en espacios públicos y en universidades.
Pasadas las 12:00, a Quito arribaron más de mil buses que trajeron a delegaciones de las 24 provincias del país.
Para el acto principal, el discurso de Correa, se cerraron las Avenidas Naciones Unidas, Los Shyris y Eloy Alfaro. A los asistentes se les entregó más de 25 mil banderas y se colocaron tres pantallas gigantes donde se proyectaron fotos y vídeos de los acontecimientos del 30-S.
Se colocó una tarima central para los testimonios de los sobrevivientes del 30-S y del Primer Mandatario.